Hay palabras en las que una misma vocal se repite en todas o en casi todas sus sílabas, como si solamente ella tuviera el poder de hacer resonar a las consonantes.
Del primer grupo podemos mencionar a abracadabra y Aracataca –el segundo, el pueblo donde nació el escritor colombiano Gabriel García Márquez–, cuyas cinco sílabas contienen la vocal A. También cantamañanas, anaranjada, Guadalajara y mamarrachada se cuentan entre tales. Hay decenas más, pero no son de uso corriente.
Por cierto, el vocablo cantamañanas, aunque suena bonito y pareciera señalar a una persona cuya alegría de vivir es contagiosa, significa algo distinto. Hace referencia, según el diccionario de RAE, a aquel individuo –hombre o mujer–, que es informal, irresponsable y cuyos dichos carecen de credibilidad.
Agarabatada –en forma de garabato– va más allá: cuenta con seis aes.
El verbo entenebrecer tiene cinco es. Pero los adverbios excelentemente y preferentemente poseen seis.
El nombre del estadounidense río Mississipi ostenta cuatro íes. También los términos chipichipi (aplicado indistintamente en Venezuela a un tipo de molusco y a una lluvia ligera) y pitiminí, que alude a un tipo de rosa y a algo pequeño y gracioso.
El nombre propio venezolano Coromoto comprende cuatro oes, igual que las palabras ortodoxo, protocolo y zoólogo. Solo odontólogo, que sepamos, posee cinco.
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Los términos bululú y Cucutú –este último, el nombre de una cordillera del Ecuador– poseen tres úes. Entretanto, tuturutú (sonido onomatopéyico de la corneta) cuenta con cuatro. Sucusumucu (africanismo que significa hacer o decir algo con cautela, a lo callado) y cucurrucucú (voz de las palomas) exhiben cinco úes cada uno.
Del segundo grupo –aquellas en las que una misma vocal se repite en casi todas sus sílabas–, se pueden citar indivisibilidad, que contiene seis íes y una A; otorrinolaringólogo, con seis oes, una I y una A; y el verbo usufructuar, que cuenta con cuatro úes y una A.
Claro está que, si se realiza un paseo por el diccionario más exhaustivo que el hecho para elaborar esta nota, pueden hallarse muchas más palabras de ambos grupos.
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Armando José Sequera es un escritor y periodista venezolano. Autor de 93 libros, todos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 23 premios literarios, ocho de ellos internacionales (entre otros, Premio Casa de las Américas, 1979; Diploma de Honor IBBY, 1995); Bienal Latinoamericana Canta Pirulero, 1996, y Premio Internacional de Microficción Narrativa “Garzón Céspedes”, 2012).
Es autor de las novelas La comedia urbana y Por culpa de la poesía. De los libros de cuentos Cuatro extremos de una soga, La vida al gratén y Acto de amor de cara al público. De los libros para niños Teresa, Mi mamá es más bonita que la tuya, Evitarle malos pasos a la gente y Pequeña sirenita nocturna.
«Carrusel de Curiosidades se propone estimular la capacidad de asombro de sus lectores».
Ciudad Valencia / Foto del autor: José Antonio Rosales
