Del Medanal venimos-José David Capielo-EL 19 DE ABRIL-Simón Girán
José David Capielo autor de la columna Del Medanal Venimos

Releyendo un artículo del genio brasileño de la arquitectura Oscar Niemeyer (1907-2012), en la revista “A plena voz” de marzo de 2006 (publicación del Ministerio de la Cultura de Venezuela), me motivé a abordar el tema de los carnavales y la situación actual de Brasil en los inicios de un nuevo período presidencial, encabezado por el líder progresista Luis Ignacio Lula da Silva, en una coyuntura política donde le corresponde la dura tarea de reinstaurar la democracia en ese gran país hermano.

Oscar Niemeyer fue además de extraordinario maestro de la arquitectura moderna a nivel mundial, un activista de ideas revolucionarias definido como comunista y afín a las causas libertarias. Él dejó una vasta obra en materia de construcciones vanguardistas que incluye la construcción, en los años ’60, de Brasilia, capital de su país. Acá se incluyen el Palacio de Planalto como sede presidencial, la edificación del Congreso Nacional y la del Supremo Tribunal Federal. En sus alrededores está la Plaza de los Tres Poderes, y todas estas edificaciones en Brasilia recibieron la acreditación como Patrimonio Cultural de la Humanidad (1987) por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Niemeyer señala en su artículo “Recordando el carnaval”, que añoraba estas fiestas que le traían gratos recuerdos de su infancia. Relata haber sido sorprendido, en 1984, por el entonces gobernador progresista de Río de Janeiro Leonel Brizola, junto al intelectual Darcy Ribeiro, con la propuesta de construir el Sambódromo de esta ciudad en tres meses, que fue culminado pese a las condiciones climáticas adversas.

Agregaba Niemeyer que siempre consideró las fiestas carnestolendas como buen escenario para elevar las voces de protesta ante la injusticia social y/o cualquier agravio a la soberanía de los pueblos. Expresaba en esa oportunidad que el tema fue la defensa de la unidad y la integración latinoamericana, ante un continente en constante amenaza por el imperio estadounidense. Oscar Niemeyer fue, además de colega, amigo y camarada de nuestro maestro Fruto Vivas, quien lo refirió fraternalmente en su libro “Crónicas de la Rebeldía”.

Niemeyer confesaba que le atrajo la figura de Simón Bolívar, aún sin tener mayor conocimiento de su vida y obra. Destacaba haberse documentado con la lectura de “El General en su laberinto”, de Gabriel García Márquez, además de las enciclopedias, y así pudo conocer a ese héroe venezolano, “hecho de coraje y desprendimiento”.

Finalmente, Niemeyer señalaba que pudo percatarse que la campaña por la defensa de América Latina alcanzaba en ese momento una nueva etapa clara y vigorosa, donde alababa la actuación sorprendente y animosa que Hugo Chávez le imponía como presidente de Venezuela para la fecha.

Debemos agregar que, en 2006, igualmente Ignacio Lula da Silva, como jefe de Estado de Brasil, fue factor fundamental en ese impulso de la unidad latinoamericana y caribeña, concretada posteriormente en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), actualmente en una fase de recomposición. También en 2007 le correspondió al presidente Lula el honor de otorgar a Oscar Niemeyer la Medalla Orden del Mérito Cultural de su país, en categoría de Gran Cruz. Niemeyer recibió múltiples reconocimientos como el Premio Lenin de la Paz, el Príncipe de Asturias y la Orden de la Amistad de la Federación rusa, entre otros.

Brasil en la actualidad inicia sus afamados carnavales 2023. Estas fiestas, más allá de la diversión y el disfrute de la mayoría de participantes, residentes y visitantes, deben ser también escenario para ratificar positivamente las luchas por la reafirmación democrática en su país. Pero también en el logro de la necesaria unidad de los pueblos americanos desde México hasta Argentina. Es necesario repotenciar la CELAC para fortalecer así lo nuestroamericano en estos nuevos tiempos de impulso de un mundo multipolar y multicéntrico, alejado de todo hegemonismo imperial.

En lo interno, Brasil acaba de sufrir un atentado a su democracia, cuando el pasado 8 de enero, apenas a una semana de haber asumido Lula da Silva como presidente electo, un grupo de simpatizantes fanatizados del anterior gobernante Jair Bolsonaro realizaron una acción vandálica de asalto a toda esa majestuosa estructura de los poderes públicos en Brasilia (con responsabilidad por acción u omisión de sectores militares y policiales), causando daños importantes en parte de esta obra trascendente de Oscar Niemeyer.

El presidente Lula da Silva ha asumido toda esta situación con entereza y con la experiencia política necesaria, no solo para frenar esta intentona neofascista y antidemocrática, sino ordenando una exhaustiva investigación para penalizar no solo a los participantes directos, sino a quienes financiaron y auparon estos hechos violentos, lo cual incluye al propio expresidente Bolsonaro, quien se mantiene protegido en EEUU, aduciendo problemas de salud para desentenderse de las acusaciones que lo incriminan.

 

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No la tiene fácil el presidente Lula da Silva ante tanto desastre provocado por su predecesor en la presidencia y ante todas las exigencias que la realidad impone. Es un gran reto para este reconocido dirigente de 77 años asumir las tareas de restablecer una agenda social ante los millones de brasileños por debajo del nivel de subsistencia, abordar la situación del estamento militar “contaminado” sustancialmente por Bolsonaro haciéndolos proclives a posiciones autoritarias y poco éticas, el manejo acertado de su alianza con sectores conservadores, que incluye al propio vicepresidente, y el rescate de las relaciones internacionales con participación protagónica de Brasil en las tareas integracionistas de esta etapa.

A propósito de estos nuevos carnavales como fiestas emblemáticas de Brasil, y retomando la arenga latinoamericanista realizada por el siempre revolucionario y maestro Oscar Niemeyer en 2006, son ocasión para perseverar en las luchas populares principales.

Los eventos de violencia en el Palacio de Planalto y demás instalaciones han sido formalmente rechazados por la totalidad de los gobernadores brasileños y demás sectores políticos representativos. Sin embargo, la situación requiere de una atención especial para evitar nuevas acciones desestabilizadoras, que entre otras cosas distraigan esfuerzos de la agenda principal que ocupa y deberá ocupar la nueva gestión de gobierno para Brasil y, por extensión, a toda nuestra región.

 

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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.

 

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