«Cristóbal, El Pintor de la Luna» por Vielsi Arias

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Vielsi Arias, autora de la columna de Ciudad Valencia "Ciudad Escrita"

Se cumplen 18 años de la partida a otro plano del pintor Cristóbal Ruiz. El 5 de febrero del año 2005, este bufón en bancarrota hizo lo mismo que Gerard de Nerval y puso fin a su vida en una humilde casa, ubicada en El Castaño del municipio Puerto Cabello, donde pasó sus últimos días.

Cristóbal  Ruiz nació el 5 de febrero de 1950, en el pueblo de La Luna, ubicado en el municipio Juan José Mora. Llegó a Valencia a trabajar, siendo un muchacho que soñaba con ser artista. En la década de los años ’90, comenzó a frecuentar los pasillos de la Facultad de Educación de la Universidad de Carabobo, por los alrededores del famoso «Cafetín de Pepe», un lugar concurrido por estudiantes, profesores y artistas, que hacía las veces de galería abierta donde el pintor concurría para pintar y conversar con amigos. Para recordar a este irreverente y soñador dedicamos nuestra columna de hoy.

 

Cristóbal Ruiz-el pintor de la luna-ciudad escrita-Vielsi Arias

 

Cristóbal Ruiz y Valencia

Cristóbal volvió de Caracas a finales de los años ’60, siendo un pintor de la calle que retrataba el paisaje urbano: calles, casas, rostros. Su relación con el pintor Diego Barboza y sus estudios en el taller de arte libre de la escuela Cristóbal Rojas de Caracas le habían llevado a desarrollar una destreza por la pintura, manejando los principios básicos de la composición, pero con un lenguaje plástico que se salía del canon de las escuelas, muy cercano al arte popular y en el que se evidencia el manejo de otras técnicas del dibujo que dan cuenta de sus estudios libres.

 

Cristóbal Ruiz-el pintor de la luna-ciudad escrita-Vielsi Arias

La irreverencia en la pintura de Cristóbal no solo viene por su interés en un arte más nacionalista e ingenuo, sino por su relación con el movimiento Zona de Descarga de Valencia. Una agrupación dadaísta  que nació a finales de los ’90, liderada por el caricaturista Carlos Tovar. Se trataba de un frente que rechazaba los límites de las disciplinas artísticas y concebía el arte, esencialmente, como un ejercicio de libertad (cuestionador y transformador) y, por tal razón, reunía artistas con diversos intereses (danza, teatro, literatura, música) con el fin de impactar al público de todas las formas posibles e invitarlo a la reflexión.

Por esta razón, Cristóbal confrontaba siempre con la institucionalidad cultural y se preocupó por hacer un arte cercano a la gente. Su excentricidad le costó el repudio de Valencia, pues cometió el error de ser un loco e irreverente. Cuando en la ciudad se organizaba algún salón o evento cultural, este personaje irrumpía bailando, a veces desnudo, con objetos extraños, sucio, harapiento con un hedor, solo para provocar rechazo en los espectadores.

 

El artista

Cristóbal no era un pintor popular del todo, porque tenía manejo de ciertas técnicas, tampoco un pintor onírico como algunos lo han querido llamar, pero sí un pintor que estaba mirando la identidad profunda del venezolano. Muy ligado a movimientos políticos de izquierda, que bebió de ese espíritu de la década del ’60 y del interés de los movimientos culturales por reflexionar sobre un ser nacional. Cristóbal alteraba el curso de las cosas.

Como se sabía repudiado, devolvía el gesto histriónicamente interpretando a uno de los personajes que lo acusaba. Así logra transgredir toda la formalidad de los salones. Era un actor que tenía la capacidad de desdoblarse en todos los personajes de su locura. Su obra era una instalación completa. Un performance al que accedía sin desdobles, y en la comedia humana que le tocó vivir pudo ser el protagonista, el tramoyero y el espectador.

 

Cristóbal Ruiz-el pintor de la luna-ciudad escrita-Vielsi Arias

 

Cristóbal Ruiz no era un pintor de salón. Siempre se mantuvo al margen de los espacios oficiales del arte. Por ello nunca se preocupó por el reconocimiento, porque su mirada estaba puesta en la intervención de la calle. Pese a que tomó estudios en los talleres de arte libre de la escuela Cristóbal Rojas y la escuela Arturo Michelena, su interés no estaba centrado en ganar un lugar en la historia de la plástica nacional, y lo logró. Posiblemente por esta irreverencia no llegó a consolidar un estilo plástico, que fuera objeto de interés de la crítica. Sin embargo, a la corta edad a la que partió, su trabajo comenzaba a tomar rumbos distintos y  dar muestras de una propuesta híbrida, construida fuera del canon.

 

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A lo largo de su vida, trabaja en su obra una misma temática: las tradiciones populares venezolanas. Por ser un pintor nacido en el campo, su lenguaje siempre va a mirar al paisaje de la ruralidad: calles, personajes, rostros y toda la cotidianidad del campo. Por su interés en la religiosidad y el arte popular venezolano, visita, junto a Diego Barboza, el pueblo de Canoabo. Allí desarrollan un proyecto sobre las tradiciones populares llamado La Caja del Cachicamo; un proyecto que le permitió experimentar a otros lenguajes del arte.

 

Cristóbal Ruiz-el pintor de la luna-ciudad escrita-Vielsi Arias

 

Los estudios libres de arte y de diseño industrial en Londres le llevan a plantear un dibujo separado del canon académico, puesto que se evidencia un manejo distinto del espacio y de las proporciones, donde se asume una absoluta libertad sobre lo que se pinta y el  interés está centrado en el impacto emocional o intelectual del espectador, muy propio del dadaísmo.

 

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Vielsi Arias Peraza, Valencia, Venezuela (1982), docente egresada de la Universidad de Carabobo (UC) Mención Artes Plásticas. Ha publicado Transeúnte (2005), colección Cada día un Libro, editorial El Perro y la Rana; Los Difuntos (2010), editorial Fundarte, galardonado con Mención Honorífica Premio Nacional Estefanía Mosca; Los Difuntos (2011), reedición del sistema de imprentas regionales de Carabobo; La Luna es mi pueblo (2012), editorial El Perro y la Rana; Luto de los árboles (2021). Ha publicado también en distintas revistas nacionales literarias y académicas como: Cubile, A plena Voz, Revista Estudios Culturales UC, entre otras. Actualmente coordina la Plataforma del Libro y la Lectura del Ministerio de la Cultura en el estado Carabobo.

  

Ciudad Valencia / Foto de la autora por Luis Felipe Hernández