El escalador recién nacido… Los canguros recién nacidos miden tan solo dos centímetros al momento de ingresar a la vida y no están completamente formados.
Sin embargo, deben hacer lo que, sin lugar a dudas, puede considerarse una extraordinaria hazaña de escalamiento, pues, siendo poco más que fetos, tienen que emprender un ascenso desesperado hasta la bolsa que sus madres portan naturalmente.
Cuando se produce el alumbramiento, los ojos, oídos y patas del canguro recién nacido son aún embrionarios. Pese a estar ciegos, sordos y casi inválidos están obligados a realizar la referida ascensión para seguir viviendo.
Orientados por el olor de las madres, los canguros recién nacidos trepan por los cuerpos de estas, aferrándose a los pelos y salientes que encuentran. Las madres colaboran con sus minúsculos hijos, echándose en la tierra. Sin embargo, el viaje es todo lo angustioso que puede ser, aunque dura apenas unos minutos.
No todos los canguros recién nacidos lo logran y muchos perecen en el intento. Pero los más fuertes logran introducirse en el marsupio, es decir, en la bolsa externa que las canguras poseen externamente en el vientre. Allí terminan su proceso de formación.
En el marsupio, el bebé encuentra refugio y alimento. dado que, en su interior, se hallan las mamas que le permitirán nutrirse en los próximos meses.
En esa acogedora bolsa, el pequeño canguro permanece seis o siete meses y solo entonces se aventura a salir y recorrer los alrededores. Eso sí, tan pronto se siente amenazado, tiene hambre, frío o sueño, no lo piensa dos veces y retorna a ella en busca de protección, comida y albergue.
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No la abandona definitivamente hasta el año o poco más de edad, cuando sale de ella para llenar con sus saltos y su simpática presencia los paisajes agrestes de la sorprendente geografía australiana.
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Armando José Sequera es un escritor y periodista venezolano. Autor de 93 libros, todos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 23 premios literarios, ocho de ellos internacionales (entre otros, Premio Casa de las Américas, 1979; Diploma de Honor IBBY, 1995); Bienal Latinoamericana Canta Pirulero, 1996, y Premio Internacional de Microficción Narrativa “Garzón Céspedes”, 2012).
Es autor de las novelas La comedia urbana y Por culpa de la poesía. De los libros de cuentos Cuatro extremos de una soga, La vida al gratén y Acto de amor de cara al público. De los libros para niños Teresa, Mi mamá es más bonita que la tuya, Evitarle malos pasos a la gente y Pequeña sirenita nocturna.
«Carrusel de Curiosidades se propone estimular la capacidad de asombro de sus lectores».
Ciudad Valencia / Foto del autor: José Antonio Rosales
