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Por dentro se  pule  la piedra, por fuera se deja pasar.
Madadayo

 

A.J.: ¿Por qué una sola parte de su vida fue llevada al cine por el maestro Kurosawa?

M: Entiendo que el esfuerzo por revelar la intensidad de la vejez deja en el observador la puerta abierta para imaginar cómo fue el pasado de esa persona, en este caso, mi pasado. En ello hay una forma de mostrar además cómo la pureza de vida se mantiene y es un estado exclusivo de la vejez así se haya cultivado desde siempre. Esa es la enseñanza.

A.J.: ¿Estaría usted de acuerdo que para decirnos eso, la película utiliza largos episodios donde se indaga y se muestran valores como la ternura, la solidaridad y el respeto por el maestro, resultando a veces tediosa?

M: Estoy de acuerdo hasta cierto punto. Kurosawa juega con las emociones del observador, en este caso juega un poco con la paciencia, podría argumentarse que en el cine norteamericano también hacen lo mismo, pero casi siempre con sentidos y valores negativos, las personas duran dos horas viendo a otro matar y matar sin descanso y casi siempre lo consideran normal; además, vende mucho más que ver a un anciano llorar por su gato durante diez minutos. Si la ternura y la solidaridad fuesen valores comunes esto no causaría ningún rechazo; sin embargo, admito que hay escenas que son muy lentas.

A.J: ¿Entonces Madadayo considera que esta sociedad no deja espacio para la ternura, la solidaridad y el respeto, entre otros valores?

M: Sí hay espacios, esa película y muchas otras constituyen espacios para el encuentro y para salvar la memoria de las emociones que decrecen. Es indudable que el primer espacio es el cuerpo mismo de las personas, pero este cuerpo es invadido constantemente por discursos y prácticas sociales que lo alejan de su principal función que es la de dar afecto, la de estimular al prójimo a vivir mejor. Pienso que la escuela constituye uno de esas prácticas, uno de esos discursos.

A.J: ¿En qué sentido lo dice?

M: La única manera que tenemos para alimentar el alma es a través del ejemplo de las figuras que cumplen con el papel de maestro, no solo dentro de las instituciones sino fuera de ellas, en la casa, en los amigos, en la vida inesperada. Eso es uno de los objetivos de la película, porque los estudiantes se convirtieron en amigos más allá de la institución, y mantuvieron una comunicación afectiva y de solidaridad por el resto de la vida del maestro, él fue un vínculo entre ellos, podemos imaginar que después de la muerte del maestro la enseñanza quedaría implantada de tal manera que pudiera continuarse entre los estudiantes mismos. ¿De qué enseñanza estamos hablando?, pues de la que el maestro dio con su vida, con su esmero por los demás, no sólo la académica, la cual rompió en pos de ofrecer argumentos para comprender la vida con más profundidad y sencillez. Si un niño tiene un problema y el maestro es capaz de acompañarlo a pesar de sí mismo en ese problema y por lo menos servir de escucha, esa es la enseñanza que vale la pena. La ternura y la amistad no se decretan, no se colocan en un plan de estudio en forma de contenido o de objetivos, es un cultivo del espíritu, es una decisión de ser para los demás.

 

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A.J: Sabemos que usted ha redimensionado las expresiones comunes y triviales como la vida es una escuela y el hogar es la primera escuela, ¿qué lo ha motivado a ello?

M: Es sencillo, hay lugares comunes que guardan por dentro o en su propia vulgaridad, grandes enseñanzas, grandes verdades de vida. La casa ofrece para todos sus miembros la oportunidad de evaluarse constantemente, la oportunidad de templar el espíritu y alcanzar los abismos de la humildad. Si te toca una madre que te critica, si tienes un padre que castiga, allí hay una posibilidad de aprender e ir acumulando muchos tesoros que después tú ofrecerás a las personas que te acompañen en tu paso por el tiempo. Si vas contra ellos, contra la situación pensando que eres víctima de un destino cruel, estás perdido, habrás pasado por la vida sin aprender nada. Cada instante de la vida ocurre porque nos enseña algo que profundiza la propia vida, esta se ahonda a sí misma, pero hay que saber verlo de esta manera y, además, comprender que no es una regla fija e inmutable. Eso podría aprenderse en la escuela también. Una inmensa cantidad de seres con diversas experiencias que se van mudos a sus casas sin poder tener un guía.

 

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Arnaldo Jiménez nació en La Guaira en 1963 y reside en Puerto Cabello desde 1973. Poeta, narrador y ensayista. Es Licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales por la Universidad de Carabobo (UC). Maestro de aula desde el 1991. Actualmente, es miembro del equipo de redacción de la Revista Internacional de Poesía y Teoría Poética: “Poesía” del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la UC, así como de la revista de narrativa Zona Tórrida de la UC.

Entre otros reconocimientos ha recibido el Primer Premio en el Concurso Nacional de Cuentos Fantasmas y Aparecidos Clásicos de la Llanura (2002), Premio Nacional de las Artes Mayores (2005), Premio Nacional de Poesía Rafael María Baralt (2012), Premio Nacional de Poesía Stefania Mosca (2013), Premio Nacional de Poesía Bienal Vicente Gerbasi, (2014), Premio Nacional de Poesía Rafael Zárraga (2015).

Ha publicado:

En poesía: Zumos (2002). Tramos de lluvia (2007). Caballo de escoba (2011). Salitre (2013). Álbum de mar (2014). Resurrecciones (2015). Truenan alcanfores (2016). Ráfagas de espejos (2016). El color del sol dentro del agua (2021). El gato y la madeja (2021). Álbum de mar (2da edición, 2021. Ensayo y aforismo: La raíz en las ramas (2007). La honda superficie de los espejos (2007). Breve tratado sobre las linternas (2016). Cáliz de intemperie (2009) Trazos y Borrones (2012).

En narrativa: Chismarangá (2005) El nombre del frío, ilustrado por Coralia López Gómez (Editorial Vilatana CB, Cataluña, España, 2007). Orejada (2012). El silencio del mar (2012). El viento y los vasos (2012). La roza de los tiempos (2012). El muñequito aislado y otros cuentos, con ilustraciones de Deisa Tremarias (2015). Clavos y duendes (2016). Maletín de pequeños objetos (Colombia, 2019). La rana y el espejo (Perú. 2020). El Ruido y otros cuentos de misterio (2021). El libro de los volcanes (2021). 20 Juguetes para Emma (2021). Un circo para Sarah (2021). El viento y los vasos (2da edición, 2021). Vuelta en Retorno (Novela, 2021).

(Tomado de eldienteroto.org)

 

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