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Ni siquiera el poder del tiempo puede atentar contra la memoria del legado que muchos artistas han aportado a la historia. La música, al igual que el perfume, tiene la virtud de ubicarnos en distintas épocas, es por ello que hablar de los músicos como creadores implica, a su vez, remontarse a situaciones, momentos, experiencias y épocas vividas o por lo menos conocidas a través de legados históricos.

Me referiré en esta edición, de manera sucinta, a algunos notables músicos que prestaron su vida a la creación musical y dejaron para la posteridad verdaderos clásicos al alcance de la mano gracias al avance de la tecnología y, aunque parezca mentira, mucha gente desconoce.

 

“El rey del Swing”, Benny Goodman, pasó su infancia en un barrio altamente peligroso llamado Maxwell Street, con índices de asesinatos realmente altísimos en esa época, sus padres, una pareja de judíos con ascendencia polaca, consiguieron en la música una especie de consuelo en un barrio frecuentado por enfrentamiento entre bandas. En la sinagoga vio el padre el refugio donde podría brindar protección a sus hijos, Benny era el noveno de doce, se incorporaron a la banda musical y se le asignó a Benny, por ser el más joven de los integrantes, el clarinete como instrumento acorde para él por ser más liviano.

Quién podría pensar que de allí saldría el futuro «Rey del Swing, un músico perfeccionista que desarrolló una técnica impecable, con jornadas de prácticas que rondaban las 14 horas diarias, aún siendo mayor practicaba escalas frecuentemente y lo sorprendió la muerte el 13 de junio de 1986 tocando música de Mozart.

 

Con el firme propósito de estudiar artes plásticas y dedicarse a la pintura, el joven Duke Ellington comenzó a trabajar como camarero de un hotel y en una ocasión se le ocurrió darle unos toquecitos al piano, instrumento que dominaba porque su madre lo instó a estudiarlo, y el público presente quedó gratamente impresionado por esas pocas notas que escucharon, así que le exigieron una interpretación mayor a tal punto de que Duke comenzó a interesarse más en la música, a participar en pequeños grupos y hasta renunció como camarero para dedicarse a grupos de mayor jerarquía.

Contaba Duke con 26 años de edad, cuando ya llevaba un año en esa rutina, y formó su propia banda para que su nombre comenzara a hacer ruido en Brodway y otros escenarios. La pasión por la pintura quedó atrás, así como su pasión por el béisbol.

 

En los inicios del Jazz, el piano era un instrumento que tenía un papel de mero acompañante en una banda, eran pocos los solos que los pianistas realizaban, ya que esa función la ejercía la trompeta o el clarinete. En el grupo de Joe “King” Óliver, el piano lo tocaba Lil Hardin, un caso extraordinario, pues la presencia femenina en el Jazz no era frecuente como instrumentistas, sólo participaban como cantantes.

Un día se le ocurrió a Lil en una presentación darle un repaso al teclado, de inmediato volteó Oliver y con cierto sarcasmo dijo: «¡Vaya! Parece que tenemos un nuevo clarinete en la banda». Lil fue esposa del trompetista Louis Armstrong, era una muy buena pianista y curiosamente no fue figura resaltante en el Jazz, probablemente por ser una mujer trabajando en un ambiente y género musical dominado por hombres.

 

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El músico italiano, compositor y todo un virtuoso del violín Niccolo Paganini despertaba pasiones en cada una de sus presentaciones, pues era capaz de congregar legiones de admiradores, aunque también, por su aspecto, vestimenta y el aura que lo rodeaba era centro de comentarios alusivos a un supuesto pacto con el diablo o hasta de ser el propio diablo.

El famoso compositor Schubert decía que oírle tocar era como “escuchar cantar a un ángel”. Murió sin recibir la extremaunción, y el obispo de la ciudad de Niza, donde murió, quien se hizo eco de las dudas que circulaban en cuanto a su fe, prohibió que se le diera sepultura en suelo sagrado. Fue enterrado cerca de Génova y se dice que de noche se oían ruidos cerca de su tumba hasta que se lo ofició una misa en su memoria.

 

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Karl Bohm

Karl Bohm fue un excelente director y gran mozartiano, lo cual le mereció varios reconocimientos, pero ninguno le causó tanta satisfacción como el de ciudadano honorífico de Salzburgo, título recibido en 1964, ya que, según sus palabras, “Me convierte en paisano de Mozart”. También Karl trabajó interpretando a otros notables compositores como Richard Strauss y Beethoven. Dijo una vez que de encontrarse con Beethoven se quitaría el sombrero, pero de encontrar a Mozart se pondría de rodillas delante de él.

Estas son unas breves reseñas de músicos notables, en esta ocasión en el ámbito del Jazz y de la música Clásica, en futuras ediciones aumentaré este listado incorporando figuras de diversos géneros musicales, ya que en todos hay representantes dignos de destacar.

 

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Ramón Emilio Toro Martínez (Caracas-Venezuela, 1966) es licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura, de la Universidad de Carabobo (UC) en 1993. Es también Productor Nacional Independiente y locutor con experiencia en el desarrollo de programas radiales sobre música afrocaribeña en la ciudad de Valencia, estado Carabobo: Ciento por ciento Natural, por Lago 91.5 FM; Letras y Notas, por Salsera 96.3 FM, y Óyelo que te conviene, por RNV Región Central 90.5 FM. Es autor del libro «Letras y Notas sobre la Música del Caribe» (2020), presentado en la FILVEN Caracas 2020 (Casona Cultural Aquiles Nazoa) como el único proyecto editorial independiente de ese año. 

 

Ciudad Valencia / Foto de RT: Edicson Dávila