Ángel Omar García González-Historia y memoria-4F-Hugo Chávez-rebelión militar
Ángel Omar García González: autor de la columna de Ciudad Valencia "Historia y Memoria"

La Campaña de Oriente de 1813… Amigas y amigos, constructores de sueños, forjadores de esperanzas: La historiografía patria ha sido prolija en destacar la actuación del Libertador Simón Bolívar en el marco del proceso independentista venezolano y suramericano; sin embargo, tal empeño ha distraído la atención sobre aspectos y acontecimientos de gran significación que no contaron con la participación del Gran Héroe.

Un ejemplo de ello es la Campaña de Oriente de 1813, liderada por el entonces coronel Santiago Mariño, la cual ha sido invisibilizada por el éxito de la llamada Campaña Admirable, comandada por Simón Bolívar ese mismo año.

 

Dos ejércitos distintos

Tras la caída de la Primera República y el incumplimiento de los términos de la capitulación acordada y firmada entre Domingo Monteverde y Francisco de Miranda el 25 de julio de 1812, (la cual fue violada inmediatamente por el jefe realista, concluyendo esto con el arresto del Generalísimo en el puerto de La Guaira), se desató una terrible represión que obligó a muchos patriotas a huir del territorio venezolano.

En el oriente de la otrora Capitanía General de Venezuela, uno de los líderes que se había comprometido con gran empeño sumando su concurso en favor de la causa patriota fue Santiago Mariño.

Antes de la extinción del gobierno republicano, Mariño había participado, con el grado de capitán y bajo las órdenes del coronel Manuel Villapol, en las acciones que procuraban someter a la rebelde provincia de Guayana, una de las tres que se había negado a reconocer la independencia declarada por el Congreso en 1811; territorio que se había convertido en uno de los bastiones de la resistencia realista.

Perdida la Primera República, Santiago Mariño buscó refugió en la isla de Trinidad, desde donde siguió con atención los acontecimientos de su patria. Allí, evadiendo la vigilancia del gobernador de la isla, William Monro, y junto a un importante grupo de exiliados, comenzó a preparar acciones que tenían por objeto hacer la guerra a los españoles, lograr el control del territorio e implantar alguna autoridad que respondiera a los intereses de la República.

Una pretensión absolutamente legítima, dado que la desaparición de la institucionalidad republicana y del liderazgo político que había impulsado le ruptura con España creó incertidumbre respecto de quiénes debían asumir el mando y cuáles las acciones que debían emprenderse a los fines de restablecer algún tipo de autoridad republicana.

Tal situación daría origen a la existencia de dos ejércitos distintos, cada uno con absoluta legitimidad, cuyo propósito era restablecer el gobierno constituido tras la Declaración de Independencia en 1811: el ejército de Occidente, comandado por Bolívar y respaldado el gobierno de Nueva Granada, y el ejército que se constituyó en el Oriente del territorio a partir de la firma del Acta de Chacachacare en enero de 1813.

 

Dos libertadores

Esta Acta daría origen a la Campaña de Oriente. Fue un documento firmado el 11 de enero de 1813 en Chacachacare, un islote bajo dominio inglés ubicado entre Trinidad y Güiria en el golfo de Paria, lugar donde la hermana de Santiago Mariño poseía una hacienda.

Cuarenta y cinco exiliados, entre quienes figuraban José Francisco Bermúdez, Manuel Piar, Manuel Valdés y Francisco Azcue, empeñaron mutuamente su palabra y su esfuerzo para restituir “la dignidad de la nación que el tirano Monteverde y su terremoto le arrebataron” a Venezuela. El acta no solo hacía énfasis en la violación de los términos de la Capitulación acordada con Miranda, la persecución y encarcelamiento de patriotas, sino que se proponía salvar a la patria de la dependencia española.

La Campaña de Oriente demostraba el carácter voluntarioso y libertario que embargaba a los hombres que impulsaron la independencia, alcanzada en base a mucho esfuerzo, sacrificio y deseos de ser libre. Así, a los pocos días de iniciada la campaña, Mariño escribía a un amigo corso indicándole: “tuvimos el día 13 la gloría, con solo cinco mosquetes y un puñado de hombres, de tomar diez cañones y toda Güiria, poniendo en vergonzosa fuga a su excomandante Gavazo…”.

Historiográficamente lo más significativo de este documento es que quienes lo suscriben reconocieron al entonces coronel Santiago Mariño como Jefe Supremo con plenitud de facultades, aspecto que no dejará de tener gran significación y será motivo de fricción constante a lo largo de los años por venir, pues creó una dualidad de jefaturas, alimentada de rivalidades y diferentes concepciones de la guerra y la política, que incidirían sobre las acciones que emprendían los ejércitos independentistas; al menos hasta 1819, cuando el Congreso de Angostura resolvió la situación ratificando la jefatura política y militar a Bolívar como Jefe Supremo del Ejército Libertador.

El Acta de Chacachacare resultó trascendente porque le otorgó legitimidad a una jefatura política y militar (la de Mariño) que terminaría oponiéndose a la que, desde Nueva Granada y con el apoyo del gobierno de aquella nación, venía ejerciendo Bolívar y sobre la que éste no podía, en ese momento, oponer ni ejercer ninguna autoridad.

Las acciones militares de la campaña comenzaron al día siguiente de la firma del acta, con el desembarco en la población de Güiria, pueblo que tomaron sin mayor dificultad, poniendo en fuga al corsario Juan Gavazo, quien terminó retirándose a la población de Irapa. A partir de entonces, Güiria se convirtió en la sede del cuartel general del ejército de oriente.

Desde allí, Mariño no solo dirigió la campaña impartiendo órdenes, también firmaba proclamas y documentos que concluían con la expresión: “Año primero del restablecimiento de la Independencia de Colombia”, un dato significativo (hablar de la independencia de Colombia en 1813), porque ello arroja luces respecto al grado de influencia y propagación de las ideas mirandinas en ese tiempo.

 

LEE TAMBIÉN: «La Legión Británica»

 

La campaña duró varios meses y concluyó con la liberación de las provincias orientales tras la toma de Cumaná el 13 de agosto y de Barcelona el 19 del mismo mes. Solo Guayana permaneció bajo control realista hasta 1817 cuando fue liberada por el general Manuel Piar tras el triunfo en la batalla de San Félix.

Esta exitosa campaña ocurría al tiempo que el ejército proveniente de Nueva Granada lograba la liberación del occidente del territorio venezolano y su comandante, Simón Bolívar, entraba triunfante en Caracas, también en agosto de 1813, para ser aclamado como Libertador de Venezuela.

La Campaña de Oriente permite conocer y comprender que en aquél exitoso año para la causa republicana la patria tuvo dos libertadores: Santiago Mariño y Simón Bolívar.

 

 

***

 

Ángel Omar García González (1969): Licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales, y Magister en Historia de Venezuela, ambos por la Universidad de Carabobo, institución donde se desempeña como profesor en el Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Educación. En 2021 fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Alternativo por la Columna Historia Insurgente del Semanario Kikirikí. Ganador del Concurso de Ensayo Histórico Bicentenario Batalla de Carabobo, convocado por el Centro de Estudios Simón Bolívar en 2021, con la obra “Cuatro etapas de una batalla”. Es coautor de los libros “Carabobo en Tiempos de la Junta Revolucionaria 1945-1948” y “La Venezuela Perenne. Ensayos sobre aportes de venezolanos en dos siglos”.

 

Ciudad Valencia