«Manifiesto de Cartagena» por Ángel Omar García González

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Amigas y amigos, constructores de sueños, forjadores de esperanzas. El 15 de diciembre de 1812 Simón Bolívar escribió el que puede ser considerado su primer gran documento político: la Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granda por un caraqueño, mejor conocida como Manifiesto de Cartagena.

En él, el joven líder de 29 años, realiza un balance de las causas por las que se perdió la llamada Primera República. En su criterio, fueron cuatro los factores que habrían conducido al fracaso de esa primera experiencia republicana: la impunidad de los delitos, el sistema federal de gobierno, la escasez de circulante y los efectos del terremoto del 26 de marzo de 1812.

Sin experiencia alguna: La Primera República, conformada tras la Declaración de Independencia el 5 de julio de 1811, resultó un proceso para el cual se carecía de experiencia alguna (se había estado durante 300 años bajo un régimen monárquico), y el gobierno que se había constituido enfrentaba enemigos internos, leales súbditos del Rey, educados en los principios del catolicismo tradicional, que les inducía a creer que contrariar los designios del monarca era desobedecer a Dios.

 

No en balde, es bueno recordar, que la Declaración de Independencia cristalizó luego de varios días de intenso debate, en los que la presión y agitación de la Sociedad Patriótica debió ejercer alguna influencia. En medio de ese contexto, en el que las nuevas autoridades solo representaban los intereses del mantuanaje criollo, sin tomar en cuenta a los sectores pardos, negros (esclavos y libertos) e indígenas; la reacción de los sectores monárquicos, que comenzó con la insurrección de la ciudad de Coro, rápidamente comenzaría a ganar adeptos.

La insurgencia contra la República obligó a los líderes patriotas a actuar en varias direcciones: por una parte, procurar el reconocimiento y apoyo internacional para las decisiones que aquí se habían adoptado, una acción que había comenzado meses antes con las Misiones Diplomáticas enviadas a Londres y Estados Unidos; por la otra, se improvisaron medidas económicas para contrarrestar el efecto de la escasez de moneda (circulante), mayoritariamente en manos de prestamistas y comerciantes, medidas con las que se buscaba la reactivación del intercambio comercial y el dinamismo económico.

Manifiesto de Cartagena - Historia del Nuevo Mundo

 

Y se promovió un espíritu conciliatorio que conllevó a eximir de responsabilidades a quienes conspiraban contra la República.

La estabilidad neogranadina: Éste es el cuadro que analiza Bolívar en el famoso escrito. Su propósito era alertar a las autoridades de Nueva Granada de la necesidad de apoyar la lucha en Venezuela, ya que la ausencia de un gobierno patriota en la antigua Capitanía General pondría en peligro la estabilidad del gobierno neogranadino y de la América meridional.

Por eso insistía en analizar las causas que condujeron al fracaso, para persuadir a las autoridades de aquella nación de no cometer los mismos errores. En su opinión, el primero de ellos, y de mayores consecuencias, fue la impunidad de los delitos. Señalaba Bolívar que la temprana insurgencia contra la Republica no fue combatida con la severidad del caso, acción que produjo nefastas consecuencias, una de ellas el fortalecimiento de los enemigos de la Republica.

 

Imaginando “repúblicas aéreas” tuvimos “filósofos por jefes; filantropía por legislación, dialéctica por táctica y sofistas por soldados”. Lo que hizo que a “cada conspiración sucedía un perdón, y a cada perdón sucedía otra conspiración que se volvía a perdonar”.

La disipación de las rentas públicas fue otro de los factores que contribuyó al colapso de la República. Los pocos recursos que existían se malgastaron en sueldos de magistrados y legisladores. La escasez de dinero circulante obligó a establecer un papel moneda, sin valor real de cambio en el mercado, que debilitó la actividad comercial y fue percibido como una confiscación de la propiedad.

En tercer lugar, el establecimiento del sistema federal, que aunque resultaba el “más perfecto y el más capaz de proporcionar la felicidad humana en sociedad” también era el menos oportuno en las condiciones de entonces, al punto que, la “competencia entre el poder federal y el provincial”, en medio de la guerra, facilitó la ocupación de la provincia de Caracas y la toma de esta ciudad, asiento de los Poderes Públicos y sede del gobierno republicano.

 

Por último, los efectos del terremoto del 26 de marzo, una de cuyas consecuencias fue la prédica de una parte del clero señalándolo como un castigo divino por haber desconocido al Rey, hecho que contribuyó a sublevar a una parte pueblo en contra de la República, lo que a su vez estuvo facilitado por la ausencia de castigo al delito de conspiración.

En definitiva, lo significativo de este documento, es que reveló la capacidad de análisis y la dimensión geopolítica que para entonces poseía Bolívar, que se ampliará con la experiencia y los años de guerra, hasta el punto de llegar a concebir la integración de la América meridional.

 

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