Del Medanal venimos-José David Capielo-EL 19 DE ABRIL-Simón Girán
José David Capielo autor de la columna Del Medanal Venimos

El año 1995 fue determinante en cuanto a decisiones de vida. Quiero insistir en que siempre mantuve el activismo político aún estando “fuera” de la estructura partidista. Creo que el ser activista en las luchas populares fue la esencia de mi participación política en esos años.

Seguía cumpliendo labores en el litoral carabobeño con el grupo de trabajadores portuarios. En Valencia no perdía contacto con la problemática existente. En el sector Arboleda-Parque Valencia –10 torres de edificios pertenecientes al Banco de los Trabajadores de Venezuela (BTV), unos 678 apartamentos por adquirir–, marchábamos a un desenlace en la lucha por las viviendas.

El retorno a los estudios académicos fue un gran reto. Aprobé las asignaturas que me faltaban (25), entre 1991 y 1994. En mayo de 1995 aprobé la tesis de grado. Obtuve así mi “carta de egresado” como ingeniero agrónomo. Debía asistir al acto formal de grado en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en junio. Era una deuda pendiente con mi madre, la siempre consecuente Paz Agustina.

El acto formal de grado en Caracas fue un disfrute. Con Miriam, la compañera de siempre, y mis hijos de 10 y 5 años, Paz y David, estuvimos todos felices junto a mi madre. La alegría fue tal que se le activó a la doña la taquicardia de la que padecía en determinados momentos. Debimos atender este asunto, con ayuda de un amigo y hermano de la vida, Orlando Aurrecochea Linares (fallecido en 2017), dirigente vecinal en Parque Valencia, quien me acompañó en esta jornada. Mi madre mejoró al rato con su medicamento y pudimos continuar todos participando en este significativo evento.

Vino luego lo que sería mi reincorporación formal a la estructura partidista. La decisión fue que me integraría al regional de Aragua, aunque yo seguía viviendo en Valencia. Recuerdo esta reunión realizada en Maracay con dos de los responsables políticos de esa zona.

Propuse incorporarme a través del Mercado Mayorista en Turmero, que dirigía alguien del partido, para crear una “Comisión técnico-política” que realizara recomendaciones sobre la comercialización de productos agropecuarios. No representaba cargo remunerado alguno, solo asesoría militante. Pretendía, además, iniciar estudios en la Maestría en Desarrollo Rural, igualmente en la UCV Maracay.

Los responsables políticos aragüeños rechazaron esta solicitud. Plantearon que yo estaba asignado como militante del frente obrero, bajo la responsabilidad de un camarada extextilero, para realizar labor política a puerta de fábrica. Entendí que se me asignaba como cualquier novel militante “a la base”, nuevamente a reiniciar caminos ya recorridos. Se desaprovechaba la labor que como profesional del área agropecuaria yo pretendía aportar en la complejidad del mercadeo de alimentos, en lo que me había formado.

 

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Fue una larga discusión sin lograr ningún acuerdo. Al final se produjo lo que imagino esperaban y que no fue otra cosa que la renuncia a mi militancia en la organización. Luego de 20 años de compromiso político (1975-1995) cerraba así un capítulo. Argumentaba en mi descargo que una cosa era la disciplina y otra la sumisión. No permitiría que dispusieran de uno en forma a mi criterio indecorosa.

Se me espetaba si estaba “cansado”, y yo les refutaba que podrían pensar lo que quisieran, pero de lo que estaba seguro era de que no me verían nunca aliado a la derecha. Seguiría siendo hombre de izquierda, ahora sin militancia, pero firme en mis convicciones revolucionarias hasta la muerte.

La considero una de las mejores decisiones de mi vida. Se veía venir ya un deterioro en el Partido Bandera Roja (BR), otrora organización político-militar con momentos estelares en la lucha insurreccional revolucionaria en nuestro país y con cuadros políticos de gran capacidad, valía y coraje, en su gran mayoría asesinados en la Cuarta República.

No hubo ni hay arrepentimiento alguno por mi participación política en esos veinte años. Considero que fue un aporte modesto y consciente, como el de muchos compatriotas, a este proceso que continúa hoy día con la Revolución Bolivariana.

El partido luego de desmovilizar el aparato armado en 1994 (FAS), cuestión coyunturalmente correcta, en acto público nacional, aprueba eliminar el “Movimiento por la Democracia Popular” (MDP), al que había costado gran esfuerzo legalizar formalmente (1990). Se acordó en contrapartida legalizar a BR. Decisión que yo adversé. Después de 1999 vendría la debacle con el apoyo a la opositora MUD y a las acciones golpistas en contra el proyecto bolivariano y del presidente Hugo Chávez.

Le señalaban a uno, desde sus inicios como militante, que se puede ser revolucionario toda la vida e igual dejar de serlo en cualquier instante que se decida o proceda. Considero que los dirigentes principales de la hoy bastante disminuida BR simplemente decidieron y procedieron dejar a un lado el camino revolucionario.

 

 

“…ha emergido una nueva metodología de conocimiento de lo social que se apoya en la experiencia de lo vivido, en la subjetividad como forma de conocimiento, tan válido como los números, los modelos, las curvas o cualquier otro instrumento estadístico”. (Profesor Víctor Córdova. UCV, 2003)

 

 

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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.

 

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