Seguimos nuestro terco andar por el difícil sendero de la palabra que apuesta por la vida y le dice NO A LA GUERRA y a sus cómplices encubiertos tras sus máscaras y retóricas vacías. En esta sexta entrega toma la palabra Sam Hamill, poeta, ensayista, activista, crítico literario, docente y facilitador de talleres de poesía en prisiones y escuelas, a jóvenes y mujeres vulneradas en sus derechos. Es autor de 15 libros de poesía, tres de ensayos y de diversas traducciones desde el antiguo griego, latín, estonio, japonés y chino:
Nunca he estado en Jerusalén,
sin embargo Shirley habla de las
bombas.
No tengo ningún dios, pero he visto a
los niños orando
para que todo esto llegue a su fin. Ellos
le rezan a diferentes dioses.
Nuevamente las noticias son todas
viejas noticias, que se repiten
igual que los vicios, el tabaco barato, la
mentira social.
Los niños han visto tanta muerte
que esta ha perdido su significado.
Ellos hacen la cola para recibir su pan.
Ellos hacen la cola para obtener un
poco de agua.
Sus ojos, negras lunas reflejando el
vacío.
Los hemos visto mil veces.
En unos momentos hablará el
presidente.
Él tendrá algo que decir acerca de las
bombas,
la libertad, y nuestro modo de vida.
Yo apagaré el televisor. Siempre lo
hago.
No puedo mirarlo. No soporto los
monumentos en sus ojos.
Sam Hamill (Estados Unidos, 1943-2018)
Discurso ante la Asamblea Legislativa, 2003.
Fue cofundador de Copper Canyon Press junto con Bill O’Daly y Tree Swenson, y del movimiento Poets Against the War (Poetas Contra la Guerra), en 2003, en respuesta a la guerra a Irak dirigida por la administración Bush, logrando convocar activamente en torno a sí a más de 13.000 poetas, convirtiéndose en un acontecimiento mundial en el ámbito de la literatura comprometida con la causa de la paz. De allí nació una famosa antología de poesía antibélica que sentó un precedente hasta la fecha.
Destacamos que su obra ha sido traducida a más de una veintena de idiomas y ha sido merecedora de diversos premios y distinciones.
Ahora, hago un alto en la escritura, cierro bien los ojos y realizo un viaje retrospectivo en el tiempo, hasta ver aparecer lentamente algunas figuras desdibujadas, bajo frondosos árboles, en los predios del Departamento de literatura de la UC. Entonces, poco a poco, logro divisar a Esteban Moore, Adhely Rivero y Carlos Osorio, quienes comparten conmigo las impresiones del Encuentro, días después del memorable recital poético realizado en la tarde-noche de un día de junio, en el auditorio del Hospital “Simón Bolívar” de Mariara, donde tuvimos el privilegio de contar con la participación de Sam Hamill y otros poetas.
Haciendo un recuento de los diversos Encuentros Internacionales de Poesía (EIPUC), que se realizaron en Mariara, como subsede, desde 2007 hasta 2012, aproximadamente, podríamos decir que estos siempre contaron con un público numeroso que pasaba de las 300 personas, conformado por estudiantes y docentes de las diferentes escuelas, liceos y universidades, además de consejos comunales, UBCH, obreros, periodistas, artistas populares y escritores, todos ellos amantes de la palabra, a los que obsequiábamos libros, calendarios y revistas de nuestro Fondo Editorial antes del inicio de la actividad.
Recuerdo que lograr traer a Sam Hamill a Mariara fue cuesta arriba e implicó convencer a Adhely Rivero, organizador del evento, de la importancia de contar con la participación de este emblemático personaje, portador de un mensaje antibélico. Esto, dada la tradición literaria que en el tiempo ha mantenido el municipio Diego Ibarra, como referente en lo que atañe a la presencia de poetas de alto vuelo como Rafael Cadenas, Eugenio Montejo, Luis Alberto Crespo, Alejandro Oliveros, Reynaldo Pérez Só, entre otros. Aunque de Sam Hamill teníamos una vaga referencia por las pocas noticias que nos llegaban a través de los periódicos en sus páginas culturales de los domingos.
Una de las cuestiones que más nos identifica con este creador tan singular es su marcado empeño en traducir a poetas universales del Lejano Oriente a partir de los textos originales, al extremo de haber estudiado sus lenguas para lograr el cometido. Así, nos encontramos con las obras de Lao Tzu, Lu Chi, Li Po, Tu Fu, Basho, Buson e Issa, entre otros, a quienes consideraba sus maestros,“los que se convirtieron por su voluntad y elección en sus queridos y deseados compañeros de viaje”, según las emotivas palabras expresadas por Esteban Moore, gran amigo del personaje.
Para Sam Hamill, el hecho poético, como el lenguaje y por lo tanto la sabiduría, comienzan “…cuando escuchamos”… En el ensayo de referencia destaca: “En el principio era el verbo, repetimos, pero eso no es verdad. Primero escuchamos. Luego nombramos”. El proceso inherente a la acción de “escuchar” nos obliga en este oficio que es puro medio y no tiene ningún fin en absoluto a “…entregar nuestro yo. El yo de mi poema no me pertenece. Es una primera persona impersonal, es la autorización para que el lector penetre en esa experiencia que denominamos poema. El verdadero poeta, señala, como primera medida debe deshacerse de su yo”.
Finalmente, debido a la importancia que pudiese tener y en aras de lograr una visión total, de ojo de pez, acerca del personaje que nos ocupa, tomamos algunos fragmentos del ensayo del poeta, traductor y periodista, Esteban Moore (Buenos Aires, Argentina, 1952), titulado “EL POETA QUE LE DIJO NO A LA CASA BLANCA”:
Este hombre que por amor a Basho decidió aprender su lengua y que vivió en el Japón durante cinco años, donde además abrazó el pensamiento budista, fue conmocionado una mañana del 2003 cuando abrió su casilla de correo y halló entre su correspondencia un sobre dirigido a él en cuyo margen izquierdo se destacaba la leyenda: The White House. En su interior había una invitación de la primera dama de los Estados Unidos de Norteamérica, Laura Bush, que lo invitaba a participar de una mesa redonda para exponer sobre poesía norteamericana en la Casa Blanca.
«Ese día, nos dice Hamill, me dirigí a Copper Canyon Press», la editorial sin fines de lucro, dedicada exclusivamente a la publicación de libros de poesía, que él fundó y dirigió durante más de tres décadas hasta convertirla en la preferida de algunos de los más prestigiosos poetas de su país… Pero, le fue imposible concentrarse en sus tareas. Esta invitación lo desestabilizaba emocionalmente. La noche anterior había estado leyendo en Internet una serie de artículos que analizaban los planes de Bush para devastar a Irak en un futuro cercano con bombardeos masivos…
El poeta recordó la ocasión cuando durante la guerra de Vietnam se convirtió en objetor de conciencia, las lecturas de poemas realizadas con el auspicio de la organización de Veteranos de Vietnam contra la guerra…y más que nada unas palabras de un pequeño monje japonés, su maestro zen, quien en una oportunidad le dijo: “Debes enfrentar la vida como si ya estuvieras muerto”… (Hamill) llamó a la secretaria de la primera dama informándole que no asistiría a la mesa redonda. No obstante, aún desconocía el modo en que la haría pública, pues imaginaba las consecuencias que esta podría desencadenar contra la editorial a la que dedicó buena parte de su vida… y al día siguiente redactó una carta dirigida a sus amigos y colegas. En ella les solicitaba que cada uno de ellos se expresara a favor de la verdadera conciencia cívica de su país y firmaran un petitorio contra una guerra que destruiría a un pequeño país que no tenía relación alguna con los atentados del 11 de septiembre. Asimismo, los urgía a colaborar para declarar el 12 de febrero como el día de la poesía contra La guerra.
La carta, que no fue difundida por la prensa, fue enviada a alrededor de cuarenta poetas: La respuesta fue masiva. Los miles de mensajes electrónicos que comenzaron a llegar inundaron su servidor… Los poetas comenzaron a enviarles sus poemas contra la guerra, en pocos días recibieron 12.000 poemas escritos por 11.000 poetas. Copiaron los poemas en papel, la pila de hojas medía cerca de dos metros de altura, convirtiéndose en la antología temática más extensa de la historia literaria.
En compañía de William S. Merwin, Terry Tempest Williams y Peter Lewis, las entregaron al congreso. Desde entonces, muchos de estos poemas no han dejado de ser citados en diferentes sesiones legislativas en Washington, en Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, España y Japón, razón por la cual muchos de ellos han sido traducidos a varios idiomas. El 17 de febrero, en medio de la tormenta más grande de los últimos años que se recuerde en Nueva York, más de 3.000 personas se reunieron en el Lincoln Center para escuchar a los poetas leer Poemas no aptos para la Casa Blanca.
Posteriormente, con la ayuda de veinticinco editores, Hamill y Sally Anderson seleccionaron 200 poemas representativos entre los 12.000 recibidos… La antología se convirtió para la editorial Nation Books en un verdadero best seller: en pocos días se vendieron cerca de 50.000 ejemplares. La poesía y los poetas tenían algo que decir respecto de las políticas exteriores del gobierno norteamericano. En esos días la poesía fue tema obligado de los medios y muchos poetas pudieron reevaluar los fines de su oficio. Cientos de poetas jóvenes influenciados por el rap, la performance y la cultura televisiva, quienes evitaban escribir acerca de temas políticos y sociales, hoy piensan distinto al respecto…
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Las presiones políticas comenzaron a crecer en intensidad. El New York Times y el Wall Street Journal publicaron artículos en los que fue atacado personalmente por periodistas cercanos a la administración republicana, los comentaristas televisivos denostaban su independencia política. Entonces, el directorio de la editorial que él había fundado, Copper Canyon Press, le solicitó, por el bien de la misma, la renuncia a su cargo…
Los grandes medios de prensa habían ganado su batalla contra un poeta independiente que regresó a su casa desempleado pero no desocupado (ni derrotado, decimos nosotros). Hamill continuó trabajando en su proyecto de Poetas contra la Guerra, escribiendo poesía y releyendo las pruebas de imprenta de su nueva traducción al inglés del Tao Te King de Lao Tzu y de Almost Paradise, una selección de sus poemas y traducciones publicados recientemente…”
(Continuará). ¡Salud, Poetas!
***
Mohamed Abí Hassan (El Tigre, 1956). Poeta, artista visual y editor independiente. Licenciado en Educación, Mención Artes Plásticas (cum laude), por la Universidad de Carabobo (UC). Ha ejercido la docencia en la UC y en la Universidad Arturo Michelena. Ha sido colaborador en las revistas Poesía y La Tuna de Oro (UC). Primer Premio II Bienal de Literatura Gustavo Pereira, Mención Poesía 2013; Primer Premio IV Bienal de Literatura José Vicente Abreu, Mención Poesía 2016; Primer Premio Concurso Nacional del II Festival 3.0 de Historias Comunales Ramón Tovar (2022).
Formó parte de la Comisión Rectoral del Encuentro Internacional de Poesía de la UC. Coordinó el Taller de Formación de Cronistas Comunales en Mariara, estado Carabobo, auspiciado por el Minci, la Revista Nacional de Cultura y el Centro Nacional de Historia. Actualmente se desempeña como facilitador de talleres de iniciación en la creación literaria, así como talleres sobre patrimonio histórico.
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