Vuelo a lo invisible-Montejo-Mohamed Abí Hassan-columna Poesía en Compañía
“Los colonos de Demerara y Berbice tienen usurpada una gran porción de tierra, que según aquellos nos pertenecen del lado Oeste del Río Esequibo.  Es absolutamente indispensable que dichos colonos, o se pongan bajo la protección y  obediencia de nuestras leyes, o se retiren a sus antiguas posesiones”.

 

Instrucciones dadas por Simón Bolívar a
su ministro plenipotenciario en Londres,
(1822), José Rafael Revenga.

 

El Libertador-Esequibo
Bolívar siempre invocó en defensa de la Gran Colombia, o Colombia la Grande, el principio del Uti Possidetis Juris, que consagra los territorios que eran propiedad de la Corona Española como propios, luego de lograr su independencia.
El territorio que le corresponde a Venezuela, de acuerdo a este principio, comprende todo el que abarcaba la Capitanía General de Venezuela en 1777. De esta manera Bolívar defendía la integridad de su ambicioso proyecto frente a las pretensiones de los ingleses.

Con esta controversia territorial de vieja data, que atraviesa los siglos XIX y XX y lo que corresponde al presente, damos inicio a esta nueva entrega que aborda un conflicto que nos atañe directamente como venezolanos, pues nos mueve el sentido patrio.

 

 

Esto quedó demostrado con la gran movilización nacional realizada el pasado domingo 19 de noviembre para manifestar, a través del simulacro del referéndum consultivo, nuestra aprobación al justo reclamo territorial del Esequibo, enviándole un claro mensaje nacionalista no solo a todos los pueblos del mundo en relación a la defensa de nuestra soberanía; sino también a las pretensiones de los gobiernos imperialistas norteamericanos e ingleses y sus lacayos.

Es abundante la bibliografía existente y la información que circula por las redes sociales, de la cual hemos hecho una exhaustiva revisión para tomar las cuestiones de mayor relevancia y compartirla con los interesados en profundizar en torno a esta controversia que hoy día ocupa la atención nacional.

Estudiosos como Samuel Moncada, Pompeyo Torrealba, Lara Peña, Franco Vielma, Ronny Velásquez, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y nuestro mandatario nacional, Nicolás Maduro, entre otros, constituyen una fuente de primer orden para profundizar en la investigación de este apasionante tema.

 

Pompeyo Torrealba-Esequibo
El experto venezolano sobre el tema de la Guyana Esequiba Pompeyo Torrealba.

 

Haciendo una breve cronología y para tener una visión más clara acerca de los poderes imperiales a los que nos estamos enfrentando, podríamos comenzar nuestro recorrido a partir de 1492, cuando el 12 de octubre Cristóbal Colón hace su aparición enviado por el reino de España, el cual mantendría el dominio  por tres siglos de nuestro territorio. Luego, en 1494 se firma el Tratado de Tordesillas, mediante el cual España se apropia de las Guayanas y toda la cuenca del Amazonas, y se establecen los límites entre España y Portugal, iniciándose así el reparto de Nuestra América.

Seguidamente, en 1498, Colón realiza su tercer viaje, cuando por vez primera se encuentra con la región de Guayana, y fue Don Juan de Esquivel, lugarteniente de Don Diego de Colón, quien presta su nombre para bautizar al hoy río Esequibo.  Diversos cambios fonéticos derivados de la pronunciación de los pueblos originarios y los invasores europeos, hicieron posible el cambio de grafía del término.

 

El antropólogo venezolano Ronny Velásquez.

 

En 1508, Carlos V, rey de España, crea la provincia de Guayana, cuyo límite al Este lo constituía el Río Esequibo, y en 1777 pasó a formar parte de la Capitanía General de Venezuela. En 1614 los españoles ocupan el Territorio Esequibo y fundan caseríos. Mediante la firma del Tratado de Munster en 1648, España y Holanda acuerdan que ninguna de las partes podría ocupar el territorio ya ocupado de su país, de esta manera Holanda reconoce la posesión de España sobre los territorios al Oeste del río Esequibo.

 Posteriormente, se firma el Tratado de Utrecht en 1713, comprometiendo a Inglaterra a respetar los territorios ocupados por España en América (es decir, respetar el despojo de nuestro territorio por la fuerza), y en 1777 es creada la Capitanía General de Venezuela por Real Cédula de Carlos IV. Luego, en 1802 se firma el Tratado de Amiens, donde Inglaterra acepta devolver los territorios arrebatados por la fuerza a España, pero exceptuando los de la isla de Trinidad de la cual se adueña (malandrines europeos peleándose el botín). No satisfecha su insaciable codicia, en 1806 ocupan también las islas de Curazao, Aruba, Bonaire y la Colonia de la Guayana Holandesa.

El 19 de abril de 1810, Venezuela declara su independencia, tomando como su territorio el correspondiente a la fecha de la creación de la Capitanía General de Venezuela en 1777, mediante la aplicación, como dijimos al comienzo, del principio del Utis Possidetis Juris, frase latina que significa “como poseías de acuerdo al derecho, poseerás”, usado  como fórmula para resolver los conflictos de límites geográficos entre países. Pero es en la Constitución de Cúcuta de 1821 donde se señala, repetimos, que: El territorio de Colombia es el mismo que comprendían el antiguo virreinato de la Nueva Granada y la Capitanía General de Venezuela.

El 5 de julio de 1811 se da inicio a la firma del Acta de Independencia de Venezuela donde se indica los límites de la naciente República, y se redacta la Primera Constitución, la cual establece en su artículo 5to el Río Esequibo como límite Este de la República. Cabe destacar que en 1814, Holanda, debido a las Guerras Napoleónicas cede a Gran Bretaña los territorios comprendidos entre los ríos Berbice, Demerara y Esequibo, y en 1831 Inglaterra los fusiona bautizándolos como Guyana Británica (British Guiana), el territorio occidental de las Guayanas al Este del Esequibo.

A partir de aquí hacemos un alto en esta esclarecedora cronología, que próximamente continuaremos,  para incluir otros asuntos pendientes, harto importantes de abordar, tales como el referido a la participación de nuestros pueblos originarios en la defensa del territorio, desde tiempos inmemoriales, tanto dentro del Esequibo como en las zonas fronterizas. Se estima que cerca de “15 mil indígenas venezolanos viven en el Esequibo, la mayoría en extrema pobreza y sometidos al maltrato y la explotación de la minería ilegal”, afirma el antropólogo Ronny Velásquez, en su libro Akawaio, los indígenas del Esequibo.

 

 

Los akawaio, patamona, waiwai,makushi, lokonas (familia de los arawakos), wapishana y kariña, son algunas de las etnias que habitan el Esequibo. “El sentimiento e identidad de esos pueblos es de venezolanidad. Se sienten despreciados por Guyana y por el lado de Venezuela reciben alimentos, aceite, gasolina y otros productos  que necesitan para vivir… Los akawaio hablan castellano e inglés, y los makushi y waiwai, que viven al sur del Esequibo y cerca de Brasil, también hablan castellano”.

Vemos cómo el interés del gobierno de Guyana es estrictamente económico y no le interesa para nada las comunidades indígenas en la región, trayendo como consecuencia que en 1969 se produjera la Revuelta de Rupununi, un movimiento independentista a través del cual los indígenas querían pertenecer a Venezuela en una época cuando Guyana era todavía colonia de Inglaterra. Tema pendiente que también abordaremos próximamente.

Por otra parte, es evidente que el objetivo de Exxon Mobil, empresa petrolera estadounidense, es la explotación de la riqueza petrolera de Venezuela. “Esta transnacional ha sido Acusada de haber matado a indígenas ecuatorianos y haber dañado zonas selváticas de ese país. Su presencia representa una amenaza militar que es similar a las bases que Estados Unidos instaló en Colombia. Si Venezuela permite sus operaciones quedará cercada. Recordemos que en 2004 el  presidente Chávez no permitió que Estados Unidos instalara una base aeroespacial al sur del Esequibo, ya que este país quiere invadirnos y aprovechar la coyuntura que vivimos”, remata el historiador.

En otro contexto no menos importante, el 21 de noviembre de 1861, en plena Guerra Federal, se tiene conocimiento de una carta titulada Exposición que muchos habitantes de Venezuela dirigen al Gobierno de S. M. la Reina de Gran Bretaña, emitida desde Caracas. Dicho documento fue firmado por Manuel Felipe de Tovar, Pedro Gual, Francisco La Madriz, Pacífico Gual, Federico Núñez de Aguilar, Aureliano Otáñez y los ancestros familiares de Leopoldo López y María Corina Machado: Juan José Mendoza y Nicómedes Zuloaga respectivamente, todos ellos herederos  de grandes negocios y privilegios que venían desde la Compañía Guipuzcoana hasta el latifundio de la época, leemos en el incisivo artículo de Franco Vielma

En dicha carta la oligarquía del pasado siglo XIX representada por los funestos personajes citados, incluyendo los tatarabuelos de María Corina Machado y Leopoldo López, en su intento de mantenerse en el poder estaban dispuestos a entregar  a Gran Bretaña toda la Guayana, es decir, todo el territorio al sur del Orinoco, incluyendo la actual Zona en Reclamación y los estados Bolívar, Delta Amacuro y Amazonas.

No obstante, ante la posible negativa del gobierno de Manuel Felipe de Tovar, quien fue el primer presidente de Venezuela electo por votación directa, en la cual participaron dos archiconocidos contrincantes de peso,  Pedro Gual y José Antonio Páez, ganándoles por un considerable margen de votos. Ante este adverso panorama la oligarquía criolla se ve obligada a asumir una actitud rastrera y vende patria pidiéndoles a sus amos ingleses intervenir directamente y tomar a la  Guayana como pago.

Es la misma miserable oligarquía que históricamente ha hipotecado a Venezuela desde sus mansiones del Country Club, Miami o Nueva York, y que hoy día al ver amenazados sus privilegios con la llegada al poder del camarada eterno, Hugo Chávez, coloca a sus herederos en la contienda electoral, llámense Henrique Capriles Radonski, María Corina Machado o Leopoldo López, en un intento por retomar el poder al cual se creen predestinados, inferimos luego de la lectura a vuelo de pájaro del incisivo texto de Franco Vielma.

 

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En nuestra próxima disertación continuaremos ahondando en algunos aspectos que la mayoría de las veces pasan desapercibidos a pesar de su gran importancia, Pero esa es otra historia por contar. ¡Salud, Poetas!