El queso es un alimento que nace de la fermentación, el cuajado, el desuerado y la maduración de una leche animal, que puede ser de vaca, de cabra, de búfala o de oveja, entre otros.
El resultado depende de la calidad de la leche, los métodos de elaboración, los tiempos y temperaturas a las que se mantiene el sólido y el grado de madurez alcanzado.
Dicen que el primer registro de la producción en la historia es de hace más de 8000 años, lo que evidencia el tiempo que ha perdurado en nuestra dieta básica.
El queso es un alimento que puedes preparar desde casa y depende de ti cuánto tiempo lo quieres dejar madurar, qué tan salado te gusta y cómo utilizarlo.
Prepara el queso solo con cuatro ingredientes
- Leche fresca o entera
- Limón o vinagre: tan solo necesitas media taza, lo que va a permitir que el queso tenga una consistencia más cremosa y la leche cuaje bien en el proceso.
- Sal: solo necesitas una cucharadita, pero todo queda en gustos.
- Yogurt natural o crema agria: este es un ingrediente opcional, pero sin duda le dará más consistencia al producto final.
Preparación:
- Prepara la leche: Lo primero que tienes que hacer es colocar la leche en una olla (preferiblemente, una de acero inoxidable) lo suficientemente grande como para que toda la mezcla quepa.
- Calentar en un fuego medio-alto y cuando esté caliente, sacar una taza de leche para mezclarla con el yogurt.
- Antes de que la olla con leche empiece a hervir, apagas el fuego. Dejas reposar un minuto y luego le añades la taza revuelta con leche y yogurt, y el vinagre o el jugo de limón.
- Con el fuego apagado, sigues mezclando y verás cómo se va formando la cuajada, separándose del suero.
- Extrae el suero del queso: Con la ayuda de un colador, vas a separar la cuajada del suero del queso.
- Al final, este suero no lo necesitamos para nuestra preparación, entonces lo puedes usar en lo que quieras o desecharlo. Lo más importante es que drenemos el queso, para que su consistencia y su sabor se conserven en el sólido.
Amasa: una vez eliminamos el suero del queso, es hora de comenzar a amasar y aplastar la masa de queso. En este paso le agregamos la sal y empezamos a mezclar. Si quieres experimentar un poco con tu queso, este es el momento ideal para hacerlo. Algunos le agregan mantequilla, previamente derretida en una sartén, y otros le agregan algunas especias para darle más potencia a su sabor.
Mientras más líquido elimines del queso, menos humedad y más consistencia tendrá. El resultado final va en gustos. Si prefieres que el queso quede un poco más grumoso, lo puedes amasar poco tiempo; pero si prefieres un queso más duro y firme, amásalo todo lo que puedas.
Retira, deja enfriar y conserva: después de lograr la textura de queso que quieras, dejas enfriar unos 10 minutos la masa de queso y lo envuelves en papel film. Lo llevas al refrigerador y lo dejas ahí por lo menos 24 horas antes de consumirlo.
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Ciudad Valencia/Nestlé