Chema Saher
José David Capielo autor de la columna Del Medanal Venimos

El año 1987 implicó la etapa de mi reintegro al activismo político en el frente de masas o legal. Todo esto dentro de las restricciones que existieron en la legalidad burguesa puntofijista en nuestro país (1958-1998).

Eran tiempos del gobierno de Jaime Lusinchi (AD), cuando la represión gubernamental seguía su curso selectivo y criminal. En 1986 se dio el asesinato de varios activistas revolucionarios en la Masacre de Yumare, estado Yaracuy. Nuestra organización decide volver a la actividad pública con una autocrítica de nuestra dirección política por haber permanecido casi cinco años “bajo tierra”, dedicados en exclusiva al trabajo clandestino o encubierto.

1987 representó un año bastante intenso, ya que debí no solo integrarme a nuevas tareas, sino igualmente mudarme casi inmediatamente a Valencia, a donde fui trasladado. Tal señalé antes, la incorporación al frente de masas, inicialmente en Caracas, la concreté presentándome en forma directa con los camaradas responsables de esta área. La Ciudad Universitaria de Caracas (UCV), como centro de muchas reuniones o actividades propagandísticas, fue el escenario para tal reencuentro.

Desde Caracas me asignaron inmediatamente asistir como “Comité Nacional por la libertad de los Presos Políticos Revolucionarios” a un acto solidario en el Ateneo de Coro, estado Falcón, que se realizaría en esos días. Para la fecha, todavía en el Cuartel San Carlos de Caracas y otras cárceles, existía un grupo importante de revolucionarios detenidos y la idea era presionar nacionalmente por su liberación.

Esta tarea inicial fue de gran satisfacción, ya que significaba retornar a mi pueblo natal, a donde no iba desde hacía algún tiempo. La actividad de solidaridad en Coro fue muy concurrida con presencia de varias personalidades y luchadores sociales de la región falconiana, incluido el dirigente político y excomandante guerrillero Douglas Bravo (1932-2021). Representó también un fraternal reencuentro con gente amiga y camaradas de la época del liceo, además del cumplimiento de la actividad asignada.

Casi inmediatamente después se decidió mi traslado, junto a mi compañera, para conformar un equipo para el trabajo de masas en el estado Carabobo. Simultáneamente existiría en dicha región otra estructura “cerrada”, desconocida por mí, para el trabajo partidista clandestino.

Aún estando en Caracas realicé una visita a los presos políticos en el Cuartel San Carlos. Me reencontré allí con mi paisano “El Negro”, a quien tenía años sin ver. Manuel Gonzalez Meyer (autorizado por él para nombrarlo) ha sido amigo y camarada desde mis inicios políticos en el Liceo “Cecilio Acosta” en Coro. Estuvo detenido por más de seis años, desde 1982, y hoy día como abogado revolucionario, sin militancia formal, está integrado a la Fundación “Cantaura Vive”.

La mudanza a Valencia resultó complicada. Debió resolverse el “desenganche” de distintos asuntos, como la entrega del sitio de vivienda en Caracas, la renuncia de la compañera a su trabajo en el gremio, trasladar algunas cosas y almacenar o regalar otras. Junto a eso estaba lo de buscar alojamiento en el nuevo destino y atender al cuidado de nuestra pequeña hija.

Finalmente logramos instalarnos e iniciar la actividad política con los integrantes asignados en Carabobo. Estaría coordinando a unos cinco compañeros principales, con los que debía brindarse atención política en Valencia, Puerto Cabello y Morón.

 

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En el frente estudiantil se comenzaba a constituir la llamada “Unión de Jóvenes Revolucionarios” (UJR), con la que se haría el trabajo desde la Universidad de Carabobo (UC) y con gente del “Tecnológico Valencia”. Otros camaradas estarían dedicados a la defensa de los derechos humanos (con participación en la Asociación respectiva existente) y uno que otro camarada adscrito al trabajo vecinal.

En Puerto Cabello y Morón, litoral carabobeño, existió tradicionalmente trabajo político a nivel estudiantil y obrero. En el sector portuario hubo un equipo de trabajadores incorporados, con los que se realizó trabajo laboral-sindical.

Iniciaríamos luego el proceso de legalización ante el Consejo Nacional Electoral de entonces, de la organización “Movimiento por la Democracia Popular” (MDP), con la cual aspirábamos participar electoralmente. Esto último fue un proceso relativamente lento, ya que existió resistencia de distintos camaradas hacia la participación en el trabajo legal.

Al concluir 1987 habíamos montado una estructura partidista legal en Carabobo, algo debilitada pero activa en lo propagandístico y comunicacional. Recuerdo unas declaraciones que logramos publicar en “Notitarde”, a finales del año 1987 (donde inocentemente sale mi pequeña hija fotografiada), solicitando la libertad de los 18 presos políticos revolucionarios que permanecían encarcelados y cuya liberación se logró en 1988…

 

 

“…ha emergido una nueva metodología de conocimiento de lo social que se apoya en la experiencia de lo vivido, en la subjetividad como forma de conocimiento, tan válido como los números, los modelos, las curvas o cualquier otro instrumento estadístico”. (Profesor Víctor Córdova. UCV, 2003)

 

 

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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.

 

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