La mayoría de los seres humanos siente miedo ante los cambios y, en el caso de los avances científicos, una de las manifestaciones más comunes de ese temor consiste en pronosticar su futuro fracaso. Muchos de los objetos cotidianos de hoy –entre ellos, los medios de comunicación masiva–, fueron víctimas de tales vaticinios, algunos de los cuales vinieron de sus propios creadores o difusores.
El inventor estadounidense Thomas Alva Edison dijo en 1915 de una de sus obras: Nunca nadie intentará robarse un fonógrafo. No tiene ninguna importancia comercial.
Algo similar dijo el químico francés Louis Lumiere, uno de los creadores del cinematógrafo: Mi invento podrá ser disfrutado como curiosidad científica, pero comercialmente no tiene el más mínimo interés. Es una invención sin ningún futuro.

Cuando en 1897 el físico William Thomson (Lord Kelvin) –quien presidía la Real Academia de Ciencias inglesa– supo de los primeros experimentos para desarrollar la radiodifusión, afirmó: La radio no tiene futuro.
Lee de Forest –uno de los padres de la radio, por ser el creador de la lámpara triodo y el tubo de audio– dijo al enterarse que la televisión se iba a hacer pública: La televisión puede ser posible en los aspectos teórico y técnico, pero comercial y financieramente la considero un imposible, un sueño inútil.
En 1925, Ralph David Blumenfeld, editor del Daily Express de Londres, corrió hasta la redacción del diario, al tiempo que vociferaba: “¡Dios santo, deshazme de un loco que está en mi oficina de recepción y dice que tiene una máquina para ver sin necesidad de alambres!”.
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Luego alertó al personal que preparaba la edición del día siguiente: “¡Cuidado, porque a lo mejor está armado con una navaja!”
Lo esperaba John Logie Baird, el inventor de la televisión.
En 1958, Thomas J. Watson –director de la empresa trasnacional IBM, dedicada entonces a la fabricación de equipos para tarjetas perforadas y máquinas de escribir– expuso en una reunión por qué se oponía a fabricar equipos de computación: Creo que solo existe un mercado mundial para cinco computadores.
En 1993, al ser consultado sobre si pensaba invertir en Internet, Bill Gates, creador de Mycrosoft Corporation, respondió: ¿Internet? No estamos interesados en eso.
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Armando José Sequera es un escritor y periodista venezolano. Autor de 93 libros, todos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 23 premios literarios, ocho de ellos internacionales (entre otros, Premio Casa de las Américas, 1979; Diploma de Honor IBBY, 1995); Bienal Latinoamericana Canta Pirulero, 1996, y Premio Internacional de Microficción Narrativa “Garzón Céspedes”, 2012).
Es autor de las novelas La comedia urbana y Por culpa de la poesía. De los libros de cuentos Cuatro extremos de una soga, La vida al gratén y Acto de amor de cara al público. De los libros para niños Teresa, Mi mamá es más bonita que la tuya, Evitarle malos pasos a la gente y Pequeña sirenita nocturna.
«Carrusel de Curiosidades se propone estimular la capacidad de asombro de sus lectores».
Ciudad Valencia / Foto del autor: José Antonio Rosales