En ocasiones nos topamos con interrogantes que respondemos de manera casi automática, sin detenernos a pensar qué es, en realidad, lo que nos están preguntando. Tal es el caso de la interrogante ¿cuál es el organismo vivo más grande que hay en el mundo?
Nuestra respuesta automática o semiautomática es la ballena azul, un mamífero marino que llega a medir, en su edad adulta, hasta 33 metros de largo. Su longitud es mayor que la de cualquier dinosaurio cuyos restos se hayan encontrado hasta ahora.
Si queremos dárnoslas de sabelotodos, de muy informados o porque la palabra grande nos lleva a pensar en altura, respondemos que el ser vivo más grande que hay en el planeta es la secuoya, un árbol cuya estatura puede alcanzar 150 metros.
La verdadera respuesta, sin embargo, es otra y nos asombra: se trata de un hongo originario de Estados Unidos, cuyo nombre científico es Armillaria ostoyae.
Armillaria ostoyae se conoce popularmente como seta de la miel, debido a que en otoño produce setas de color dorado que, aunque comestibles, no son muy estimadas, pues resultan insípidas.
En el estado de Washington hay uno de estos hongos al que, hasta hace algunas décadas, se le consideraba el organismo vivo más grande del planeta, ya que su micelio –su cuerpo vegetativo–, ocupaba subterráneamente un espacio de 600 hectáreas.
Dado que en el lugar los árboles morían de un modo misterioso, se decidió averiguar qué estaba ocurriendo. Se descubrió que el agua y los carbohidratos con los que se alimenta la seta de la miel los extrae de los árboles.
Para ello utiliza filamentos extensibles de color blanco que introduce en los troncos, a los que solo abandona cuando los seca.
Como algo parecido estaba sucediendo en el Bosque Nacional de Malheur, en las Montañas Azules de Oregon, se pensó que allí también había un Armillaria ostoyae gigante.
Y en efecto allí estaba y era más grande que el anterior. Ocupaba 890 hectáreas y, al parecer, tiene nada menos que 2.400 años de antigüedad. Para hacernos una tosca idea de su tamaño pensemos que el llamado Monstruo de Oregon ocupa un espacio similar al de 1.665 campos de fútbol.
Dicho organismo, aunque parezca increíble, se originó de una sola espora, tan pequeña que solo puede verse a través de un microscopio.
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Por supuesto, para alcanzar su volumen actual debió acabar con la vida de cientos y cientos de árboles. Algo que parece una alegoría en torno a esas personas que surgen de la nada y se transforman en multimillonarias, en el curso de algunos años, tras absorber la vida y la energía de otros individuos.
Por lo visto, no es posible tan veloz crecimiento sin afectar o acabar con la existencia de quienes tienen el infortunio de toparse con ellas.
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Armando José Sequera es un escritor y periodista venezolano. Autor de 93 libros, todos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 23 premios literarios, ocho de ellos internacionales (entre otros, Premio Casa de las Américas, 1979; Diploma de Honor IBBY, 1995); Bienal Latinoamericana Canta Pirulero, 1996, y Premio Internacional de Microficción Narrativa “Garzón Céspedes”, 2012).
Es autor de las novelas La comedia urbana y Por culpa de la poesía. De los libros de cuentos Cuatro extremos de una soga, La vida al gratén y Acto de amor de cara al público. De los libros para niños Teresa, Mi mamá es más bonita que la tuya, Evitarle malos pasos a la gente y Pequeña sirenita nocturna.
«Carrusel de Curiosidades se propone estimular la capacidad de asombro de sus lectores».
Ciudad Valencia / Foto del autor: José Antonio Rosales
