Del Medanal venimos-José David Capielo-Enrique Arenas
José David Capielo autor de la columna Del Medanal Venimos

Revisando la página web de la Universidad Politécnica Territorial de Falcón “Alonso Gamero” (uptag.net) pude acceder al libro “De la universidad colonialista y excluyente a la universidad inclusiva y popular”, cuyo autor es el doctor Rafael Pineda Piña, rector de dicha Casa de Estudios, publicado en enero de 2022.

El profesor Rafael Pineda Piña es dirigente político y universitario de larga trayectoria, exalcalde de la ciudad de Coro (1999-2009). Está al frente de la UPTAG desde cuando ésta surgió de la conversión del Instituto Tecnológico de Coro (IUTAG) en el 2014. Motiva mi lectura la significación (y complejidad) del tema abordado. En el libro se relaciona históricamente la universidad venezolana desde sus orígenes coloniales hasta el presente, con los planes nacionales enmarcados en la Constitución Nacional y las directrices fundamentales del proyecto bolivariano.

La UPTAG, de acuerdo a su filosofía: “es una institución humanista, innovadora, participativa y plural, fundada en la ética socialista con la participación activa y permanente del poder popular organizado y consciente, comprometida con la generación y transformación del conocimiento científico, tecnológico, social y cultural desde la perspectiva de la nueva geopolítica nacional”. Oferta planes de estudios para la formación de TSU e ingeniería, junto a los de TSU y licenciaturas, en diferentes áreas del conocimiento.

El autor reivindica en la presentación su larga experiencia, vivida especialmente en el sector universitario desde su época de dirigente estudiantil. Señala que más allá del relativo desinterés existente en la población hacía el tema universitario, nadie puede negar hoy en Venezuela el esfuerzo de la Revolución Bolivariana en la creación de unas 50 universidades, que amplían exponencialmente la oferta de estudios a ese nivel educativo. Se refiere  también a la existencia de falsos liderazgos a nivel estudiantil, profesoral o político, que simulan defender al sector universitario y su afán verdadero es tan solo conservar cuotas de poder.

Señala de inicio que la universidad surgida en el régimen colonial no formaba ciudadanos, sino súbditos. Fue una formación condicionada y ceñida a los cánones eclesiásticos, discriminatoria por definición y en defensa de intereses monárquicos. Luego al consolidarse la independencia, resalta el papel de nuestro Libertador Simón Bolívar como promotor de una universidad inclusiva, popular y productiva, dotando a la Universidad de Caracas, y posterior UCV, de un estatuto “autonómico”, aparte de bienes y recursos para su ampliación y desarrollo. Promovió además la educación laica, sacándola de la tutela de la iglesia católica. Esa “Universidad Bolivariana”, según el autor, “está aún por nacer”.

Relata parte de lo sucedido luego de la separación de la Gran Colombia (“La Cosiata”, como se le conoció). Fue desmantelado el proyecto universitario del Libertador y la universidad, sin ninguna autarquía en lo financiero, pierde como tal la relativa autonomía que pudo tener. Luego reseña parte de las luchas universitarias del siglo XX (lucha antigomecista y luego contra la “década militar” perezjimenista), para desembocar en la Ley de Universidades de 1958 que reabre la autonomía relativa e instaura la elección de autoridades universitarias.

Entra en acción luego el llamado puntofijismo con toda su carga represiva y  anti universitaria, en una democracia representativa o falsa democracia como fue denunciada. Todos los movimientos universitarios, como la llamada Renovación Académica y otros, fueron reprimidos frontalmente. Luego de múltiples allanamientos, detenciones y asesinatos, no solo militarizan las universidades, sino que se reforma la Ley de Universidades de 1958 (aún vigente), durante el gobierno de Rafael Caldera en 1970.

Para Pineda Piña, esta ley impuesta representó la muerte de la universidad autónoma, que tanto se dice defender actualmente. Para el momento de la reforma puntofijista de 1970, existían apenas 11 universidades: cinco universidades no experimentales (mentadas todavía “autónomas”, que no lo son), tres universidades experimentales y tres universidades privadas. Se establece el Consejo Nacional de Universidades (CNU), instancia hegemónica que aún hoy marca las pautas en el sector universitario.

Para el autor se creó en todo ese tiempo y hasta la actualidad, una “oligarquía universitaria”, representada por los líderes de las universidades tradicionales que convivieron con el puntofijismo y hoy no solo se oponen, sino que sabotean toda posibilidad de avanzar en los planes por un Estado distinto al heredado de la “Cuarta República” (iniciada en 1830 y que se mantuvo hasta 1999). Se relatan parte de las maniobras de esta “oligarquía” en el seno del CNU. Informa como de las 60 universidades más recientemente creadas, solo acceden a tres votos efectivos en las decisiones del CNU. No hay ninguna democracia en este vetusto instrumento cuarto-republicano, donde deben decidirse los temas urgentes del sector universitario.

Plantea la necesidad de avanzar en la Misión Alma Máter, que luce estancada. Refiere a Ernesto Che Guevara y su disertación sobre el tema universitario en Cuba (1959). Igualmente se refiere a la Nueva Geometría del Poder para avanzar en esa vinculación de las universidades con las tareas del poder popular, en el ordenamiento territorial que favorezcan las transformaciones y el socialismo bolivariano.

 

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Se pronuncia por el establecimiento de la “Red Universitaria”, que aún no aparece orgánicamente y es la alternativa ante la dictadura del CNU. Habla de los Conjuntos Socio-productivos del Buen Vivir, tanto urbanos como rurales, como unidades productivas  que se constituyan en figuras de producción social, además del fortalecimiento de las Aldeas Universitarias y la integración de los egresados al trabajo popular y comunal.

Concluye Pineda Piña reivindicando las universidades verdaderamente territorializadas. La universidad del futuro debe estar al servicio del pueblo, con presencia en los territorios y con democracia participativa y protagónica. Que no se reproduzcan viejos esquemas como por ejemplo las federaciones de estudiantes que funcionan principalmente como “cogollos”. Insiste en la necesidad de anteponer la “Red Universitaria” al CNU existente.

El libro es un gran aporte al tema universitario, que debería reasumirse en esta etapa crucial. Urge un instrumento de ley acorde a los nuevos tiempos. La Ley Orgánica de Educación (LOE) se mantiene desprovista de una Ley de Universidades correspondiente. Poner orden a la anarquía de la “oligarquía universitaria”, descrita por el autor en este libro, es un gran reto. ¡Avancemos!

 

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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.

 

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