El cronista y consecuente colaborador de esta columna, Armando Amanaú, luego de enterarse de que en 2025 “las medidas unilaterales de EEUU en contra de Venezuela ya han sobrepasado las mil”, escribió en nuestro chat las apreciaciones que ahora mismo transcribo para ustedes. Leamos sus notas:
1.-
En Venezuela hay una extraña dictadura y una rara tiranía que va al rescate de miles de exiliados producto de más de mil medidas unilaterales de gobiernos demócratas y republicanos imperialistas en contra del país.
2.-
Una dictadura que ha desarrollado en los últimos años un plan estatal de dimensión épica denominado “Vuelta a la Patria” para traer a casa a miles de compatriotas del exilio al que fueron sometidos por una campaña de guerra económica y psicológica.
3.-
Una tiranía que consulta a las masas populares para sus planes de gobierno específicos, que promueve la participación y la inclusión, que regaló y editó, cuando pudo hacerlo, millones de libros; que ha abierto universidades populares y ha graduado a miles y miles de individuos excluidos anteriormente del aparato escolar. Una dictadura que hizo de la cultura, política de Estado.
4.-
Manipulados en su falta de formación histórica y política, muchos compatriotas comparten la conseja y propaganda de la existencia de una dictadura en Venezuela; un país con división de poderes y existencia de otros avanzados como el poder electoral, que garantiza elecciones continuas en la vida del país obligando también al gobierno a revisar sus políticas.
5.-
Una extraña dictadura que ha tenido oposición mayoritaria en la Asamblea Nacional y varias gobernaciones de la nación en manos de esta.
Venezuela es una extraña dictadura donde se privilegian las políticas públicas a favor de los más débiles y desprotegidos, puesto que es ese sector el más agredido por la andanada de restricciones que bloquean su desarrollo.
6.-
Mientras el gobierno del Señor Trump se apresta a expulsar a venezolanos que fueron estimulados y engañados para que emigraran, la supuesta dictadura los busca y los recibe.
El primer amor
Genaro, te voy a contar el cuento de la primera novia de tu abuelo. Tenía como doce años y estudiaba quinto grado. Un amigo, algo mayor que yo, indagó si tenía novia y le dije que no: “Hay una muchacha que me gusta, pero nunca le he dicho nada pues soy tímido”. Me preguntó el nombre y olvidamos la conversación. Muchos días después estaba en el recreo y una niña se acercó y me dio un papelito muy bien escrito con letras grandes y bien hechas. La nota decía: “Sí, Betino, sí quiero ser tu novia”. Firmaba “Dileya” y al lado de su nombre el dibujo de un corazón ♥. Salí aprisa a buscar a mi amigo Ramiro y le dije que tenía una noticia fabulosa, pero que no entendía qué había pasado, había recibido una esquela diciéndome aquello tan bonito sin haberlo preguntado. Entonces mi amigo lanzó una carcajada y me contó que él había escrito una carta firmada con mi nombre pidiéndole que fuera mi novia.
Un día como hoy
A Miriam
Hace 39 años murió mi madre y hace nueve yo renací, saliendo de la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica La Viña, “parteado” por la doctora Renata Betancourt, quien logró despegarme del respirador artificial que me mantuvo vivo durante 12 días hasta superar el “Guilliam Barre” que casi me mata.
Soy ahora dos años menor que Genaro y tres, cuatro, seis, mayor que Eva, Hannah y Maya, mis amados nietos.
Ahora puedo comprender que mi madre hace 39 años nació para algo que no conozco pero sé que existe.
Yaritagua de Juan Ángel Mogollón

I
La semana pasada estuve en la población de Yaritagua, invitado por el alcalde Juan Parada a la Feria Internacional del Libro Venezolano del estado Yaracuy (Filven Yaracuy). Fue una jornada muy hermosa de encuentro con poetas, narradores, cronistas, investigadores y ensayistas al lado de libreros, fotógrafos, actores de teatro, estudiantes, promotores y un cálido público. Allí me enteré de algunos de los proyectos culturales de la Alcaldía, entre los que destaco el de un fondo editorial. En aquel entorno recordé a un poeta ya ausente nacido allí: Juan Ángel Mogollón. Juan Parada, escritor y animador cultural al frente de la alcaldía de Peña, me ha dicho que tomará en cuenta su nombre para incluirlo en la programación de largo aliento que piensa continuar realizando.
II
Juan Ángel Mogollón está entre los poetas venezolanos cuya obra, siendo reconocida por su alta calidad estética, aún permanece sin ser abordada de manera suficiente por la crítica y sin la divulgación que le corresponde.
Nació en Yaritagua (estado Yaracuy) el 24 de junio de 1932 (en dos diccionarios de autores se señalan diferentes años del nacimiento) y falleció en la ciudad de Caracas, sus restos están en el nuevo cementerio de su ciudad natal. En la capital, donde realizó su vida literaria, se desempeñó como jefe de Redacción de la revista Imagen, fue colaborador de la Revista Nacional de Cultura y columnista de los diarios El Nacional y El Mundo. “A punta de lápiz” era el nombre de una de sus columnas más conocidas. Maestro normalista (Aragua-Táchira) y psicólogo (Universidad San Marcos de Lima), fue agregado cultural de la embajada de Venezuela en Lima.
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III
Conocí al poeta Juan Ángel Mogollón a inicios de los años ‘70, él dirigía la Casa de Cultura de San Felipe, la capital del estado Yaracuy. Frisaba entonces por los cincuenta y era de una personalidad formal y educada. Autorizó que se me permitiera acceso sin restricciones a los libros de la biblioteca, que permanecían en vitrina, y el uso de una máquina de escribir. Leyó mis poemas y solía leerme los originales suyos que luego reunió en un libro publicado en Monte Ávila. Solicitaba mis críticas y observaciones, las tomaba en serio.
IV
Me alegra mucho saber que el joven escritor y político Juan Parada, junto al estupendo equipo de trabajo de la Alcaldía de Peña, presentará un proyecto para la divulgación de la obra del poeta Juan Ángel Mogollón.
Coplas de Amanaú
Cuando voy pa’ Yaritagua
por La Luna paso en vela,
en Canoabo se baja
cada quien en una estrella.
En La Luna que es un pueblo
no nacen los selenitas
pero crecen con denuedo
las silvestres margaritas.
A La Luna fui dos veces
Bajando pa’ Yaracuy,
Cristóbal Ruiz se merece
una garrafa e’ cocuy.
De Yaritagua a La Luna
desde Marín a Farriar,
Aroa es la gran fortuna
Cocorote es sin igual.
***
Luis Alberto Angulo [Rivas]. Nació en Barinitas, estado Barinas (VEN), en 1950. Coterráneo de los poetas Enriqueta y Alfredo Arvelo Larriva. Autor de las sumas: Antología de la casa sola (Fundarte, 1982), Fusión poética (Universidad de Carabobo, 2000), La sombra de una mano (2005), Antología del decir (2013), y Coplas de la edad ligera (2021), títulos publicadas por Monte Ávila Editores, colección Altazor. Prologa la edición en vida de la Obra poética completa de Ernesto Cardenal (Editorial Patria Grande, Buenos Aires, Arg. 2008).
Premio del IV Concurso Internacional de la revista Poesía (UC), otorgado anteriormente a: Jim Seguel, Arnaldo Acosta Bello y Eli Galindo. En Valencia, ciudad donde reside desde hace más de cincuenta años, ha sido columnista de los diarios Notitarde, El Carabobeño y Ciudad Valencia, jefe de redacción de la revista Poesía (UC) y director de las revistas Zona Tórrida (UC) y Redve (Red Nacional de Escritores de Venezuela). Ha realizado selecciones poéticas de: San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, César Vallejo, Ernesto Cardenal, Enriqueta Arvelo Larriva, Teófilo Tortolero, Gelindo Casasola, Rómulo Aranguibel, Lubio Cardozo y Ana Enriqueta Terán.
Ciudad Valencia