A propósito de haber cumplido el pasado miércoles 1º de noviembre mis 74 años de edad, recurro a las reflexiones de siempre. Me considero afortunado el haber alcanzado este número de años, siempre con la inquietud o el “afán” –diría un buen amigo–, de cumplir alguna actividad que trascienda lo puramente individual.
Me he dedicado, entre otras cosas, al rescate de buena parte de mi propia memoria, en la elaboración de vivencias, con sus altos y bajos, aciertos y desaciertos, que tuvo como “producto” principal un trabajo en extenso de más de 200 páginas que titulé: “Del Medanal venimos. Un ensayo autobiográfico reflexivo”, donde abordo en forma detallada mi recorrido vital, hasta finales del año 2019 (ya habiendo cumplidos mis 70 años).
No solo me motiva lo reflexivo-personal, que considero emparentado con las llamadas “historias de vida” de la que se habla en la investigación social, sino que estoy identificado con la labor escritural en general, principalmente de crónicas sobre temas diversos que normalmente se enmarcan en la postura política e ideológica que he defendido desde siempre y que es básicamente de afinidad con los procesos de cambios revolucionarios y de las luchas libertarias de los pueblos en general y el logro de un buen vivir para nuestros compatriotas y coterráneos.
En primer lugar quiero manifestar que valoro, en especial, el proceso vivido en estos últimos tres años, donde reemprendí caminos como articulista vía web en este medio comunicacional. Esto no desmerita para nada el periodo inicial cumplido entre 2014 a 2018, donde logré la edición de unos 95 artículos, principalmente para el entonces diario impreso “Ciudad Valencia”. Esto representó un particular aprendizaje como comunicador alternativo, en relación a la prensa escrita. Ya antes había tenido algunas experiencias como colaborador y productor en la radio.
No fue sino para septiembre del año 2021, cuando logré retomar esta labor ahora exclusivamente desde la página web de “Ciudad Valencia”, obviamente siempre con la anuencia y ayuda sustancial del propio Complejo Editorial Batalla de Carabobo y de los amigos de siempre como el profesor Ramón Nuñez, que obviamente han facilitado la continuidad de mis escritos.
Ya para este año 2023 y tal reseñe a finales de septiembre, logré (y celebré) el alcanzar la totalidad de 200 publicaciones en este medio comunicacional. He perseverado en estas labores más que por simple tarea oficiosa, como razón de vida útil como la catalogo. Me parece excepcional poder aportar en una línea comunicacional con la que me siento identificado.
Aprovecho para agradecer igualmente, el otorgamiento de un emolumento desde finales del año pasado por parte de la presidencia del Complejo Editorial, lo cual ayuda en la labor que cumplo, dada la conocida devaluación de los salarios, más aún para el sector de los jubilados.
Hoy por hoy dentro del proyecto “Columnas” en “Ciudad Valencia” mantengo y aspiro mantener el espacio “Del Medanal venimos”, que identifica ahora todos mis trabajos a publicar. Siempre estarán presentes las crónicas de vida, ya que en ello he insistido como línea de acción. Reafirmo mi participación en este medio como algo prioritario, en ocasión de este nuevo aniversario de vida. Continúo abogando por todo mejoramiento para “Ciudad Valencia”, en sus distintas áreas y, sobre todo, para su personal, del cual me he considerado siempre parte integrante, aún “desde afuera”.
Comparto acá algunas ideas revisadas sobre el tema del envejecimiento, siempre recomendando su necesaria comprobación. Se afirma que somos nosotros, los seres humanos, y no los calendarios, quienes controlamos el ritmo, las modificaciones y la velocidad del envejecimiento.
La vejez es considerada concepto abstracto, ya que unos la consideran simple etapa de vida y otros como “construcción socio-antropológica”. Igualmente es considerada mérito, distinción o espacio donde la vida cobra nuevo sentido. El envejecimiento ocurre a lo largo de la vida, aun cuando tienda a agudizarse principalmente en la llamada edad madura.
Algo que llama la atención, es lo señalado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en torno a la población mundial (establecida para 2023 en más de 8.000 millones de habitantes). Plantea la ONU que las personas con más de 60 años, aumentarán para 2050, de 600 a 2.000 millones. Leía también un señalamiento extremadamente neoliberal, de quienes proponen “posponer” el deterioro en adultos mayores, es decir desatender su auxilio, para consumir menos servicios médicos, “que deberían favorecer otros sectores sociales”.
En realidad quienes así se expresan son entes privatizadores de la salud, que consideran debe atenderse solamente a quienes estén en capacidad de pagar estos servicios. El tema “adultos mayores” es gran área de estudio. La necesaria (y obligatoria) atención que requieren, debe ser parte de la política social de los gobiernos y planes específicos en cada nación. Requiere igual lucha y organización.
Leí el libro “Eugeria o libro de buena ancianidad. Dedicado a gerontólogos y gerontes corianos” (2007), cuya autoría es del médico y docente universitario Secundino Urbina (1935-2017), quien planteaba que la vejez no es enfermedad, ni mal desesperante. Para el autor, la vejez es: “un ascenso y una alegría”. En el envejecimiento humano influye: la herencia genética, el estado de salud, el status socioeconómico, las influencias sociales, la educación, la ocupación laboral, las diferencias generacionales y la personalidad, entre otros.
Cada individuo adulto mayor tendrá percepción de su vida, en el contexto de la cultura y el sistema de valores en los cuales vive. La capacidad física puede favorecerse: con ejercicio físico regular acorde a cada quien, desarrollando destrezas y coordinación con las manos, a través de la fluidez verbal, la lectura y el compartir conocimientos, los ejercicios o juegos cognitivos para la salud mental, la socialización y el intercambio con los demás y no incurriendo en excesos e interacciones adversas, en el uso de los medicamentos.
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Llego a esta edad, con gran satisfacción. Sin traumas o arrepentimientos que tienden a complicar la vida. Sobrellevo mi situación particular y en especial el crucial tema de la salud. Me gusta compartir con gente amiga, aun siendo abstemio. Disfruto la convivencia familiar, en medio de las contradicciones como algo innato al ser humano. Son ilimitados mis afectos en especial a mi compañera de vida, hijos y nieto. Sigo asido a la utopía por un mundo mejor y en superar los obstáculos necesarios para lograrlo.
Recordemos la frase, algo jocosa, atribuida al científico Albert Einstein (1879-1955): “La vida es como montar bicicleta. Para mantener el equilibrio tienes que avanzar”. “Pedaleemos” y avancemos, pues, hasta el último suspiro.
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“…ha emergido una nueva metodología de conocimiento de lo social que se apoya en la experiencia de lo vivido, en la subjetividad como forma de conocimiento, tan válido como los números, los modelos, las curvas o cualquier otro instrumento estadístico”. (Profesor Víctor Córdova. UCV, 2003)
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José David Capielo Valles es ingeniero agrónomo y magíster en Desarrollo Rural, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Campus Maracay. Nacido en Coro, estado Falcón, en 1949. Es docente jubilado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Núcleo Canoabo (2016). Es locutor, comunicador alternativo y colaborador de Ciudad Valencia desde 2014.
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